Comunidad de Madrid
109 puentes a la historia regional
Todos tienen más de cien años de antigüedad y no están cerca de líneas de tren ni de carreteras principales aunque su biografía es tan importante como la de los grandes puentes de la capital. La Comunidad de Madrid quiere recuperar su historia a través de la rehabilitación de algunas de las pasarelas centenarias que se encuentran en las áreas rurales de la región y que, tras una puesta a punto, volverán a estar, como antiguamente, a disposición de los ciudadanos que quieran cruzarlas. En concreto, explican desde el área de Empleo, Turismo y Cultura regional, el plan de puentes de la Dirección General de Patrimonio Histórico ha contado con expertos e historiadores para localizar aquellas infraestructuras que por su valor histórico y artístico son susceptibles de alguno de los tipos de protección establecidos en la legislación. Así, han elegido puentes situados en rutas de senderismo y cicloturismo, situadas fuera de la capital, con el objetivo de recuperar esos elementos del patrimonio e integrarlos en el paisaje y en las actividades de ocio y turismo de la zona. Entre ellos hay dos declarados Bien de Interés Cultural (BIC) –el puente de Herrera sobre el río Guadarrama en Galapagar y el puente romano sobre el río Jarama en Talamanca– y otros cuatro están en la Calzada romana que va desde Cercedilla hasta el puerto de la Fuenfría (una zona declarada BIC).
Hasta el momento ya se han restaurado doce de estas joyas arquitectónicas, entre las que están el puente de la Cal y Canto en Buitrago de Lozoya; el puente del Monesterio, en San Lorenzo de El Escorial; los puentes de la Marmota y del Grajal, en Colmenar Viejo; los puentes de la Mata y de Salustiano en Miraflores de la Sierra; el del Pasadero, en Navalagamella, el de Talamanca del Jarama o el de Mocha, en Valdemaqueda. Esta misma semana concluirán los trabajos en el puente de piedra o de la Mina de Bustarviejo, en cuya puesta a punto el Ejecutivo regional ha invertido casi 120.000 euros (57,2 en la restauración del puente y 59,2 en la adecuación de su entorno, unos trabajos que se han desarrollado a lo largo de 2014). Construidos con todo tipo de materiales, desde la piedra al hierro pasando por el ladrillo, no todos los elegidos presentan el mismo grado de conservación y han precisado de tanto presupuesto regional. Uno de los primeros puentes que pasó por el taller de Patrimonio fue el de la Marmota, en el límite municipal de Madrid (El Pardo), Tres Cantos y Colmenar Viejo. En este caso los trabajos en la infraestructura de tres siglos de antigüedad precisaron de la ayuda del Ejército, que acudió con un helicóptero para ayudar a retirar la arena y tierra que bloqueaba el paso a senderistas y ciclistas. La nave transportó por el aire la excavadora que se empleó en esta operación y, posteriormente, las sacas con la tierra. Su limpieza costó al erario público 50.000 euros.
En la restauración de los 55 metros de longitud del puente de Mocha –que se construyó en Valdemaqueda para facilitar la repoblación tras la reconquista y la construcción de El Escorial– sobre el río Cofio, el Ejecutivo regional invirtió 239.037 euros el año pasado. Arreglar el puente del Monesterio, en San Lorenzo, construido entre los años 1611 y 1613 por el autor de la Plaza Mayor y la Casa de la Villa de Madrid, Juan Gómez de Mora, costó 310.527 euros. En este caso los técnicos se centraron en eliminar la vegetación, el peligro más importante de la estructura y la recuperación de los elementos que había perdido o se habían deteriorado.
Los próximos «pacientes»
Junto con las labores de renovación concluidas ya en doce de los 109 puentes del plan, Patrimonio también ha realizado los estudios previos para «rejuvenecer» el puente metálico de la Charcuela, en Torremocha, y se han redactado los proyectos para arreglar el puente romano de El Berrueco, el puente de Cadenas en Canencia, el puente de Alcanzorla en Galapagar y el puente del Canal de Cabarrús en Torremocha. Todas estas actuaciones están previstas para 2015. Todo para volver a poner en uso testigos de otras épocas que hoy en día nos trasladan a la historia y el entorno natural de la Comunidad de Madrid a través de rutas culturales y deportivas.