Comienza el espectáculo

Dicen que lo importante no es el destino, sino el viaje; que una travesía de diez mil kilómetros empieza por un solo paso y que son los aventureros los que consiguen grandes cosas. Todos ellos son aforismos que encajan a la perfección en el mundo de la náutica extrema, como ésa que se da cita en octubre en Alicante. La Volvo Ocean Race da la vuelta al mundo haciendo escala en once puertos de África, Asia, Australasia y América antes de regresar al punto de partida, Europa. 38.739 millas (70.376 kilómetros) que circunnavegarán los siete equipos que participan en esta edición. La capital alicantina es, por tercera vez, el punto de partida y el mar donde se celebrará la primera regata In-Port el sábado. Una semana más tarde, el día 11, se dará la salida de la primera etapa que llevará a los equipos hasta Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Luego la flota volverá a poner rumbo al norte por el Océano Índico hacia AbuDhabi, adentrándose en la parte asiática del recorrido. Después se dirigirán al este con dirección a Sanya, ciudad en la China más tropical, donde tendrá lugar la siguiente escala. De ahí volverán a poner proa al sur, a través del Pacífico, hacia Nueva Zelanda, a la Ciudad de las Velas, Auckland. La siguiente etapa discurrirá a través de los mares del sur, rodeando el Cabo de Hornos y subiendo después por la costa este de Sudamérica, etapa que ha formado parte de esta vuelta al mundo desde sus comienzos. Los organizadores esperan impresionantes imágenes de los barcos mientras encaran olas como montañas rusas en el cabo más mítico de la tierra. De ahí, rumbo a América. La escala sudamericana tiene lugar en Itajaí, Brasil, tras la cual la flota se dirigirá a Norteamérica atravesando los Alisios y de nuevo el Ecuador, para llegar a Newport, ciudad de Rhode Island conocida por su afición a la vela. El último tramo oceánico atraviesa el Atlántico hacia Lisboa, capital de Portugal, y después comienzan una serie de etapas más cortas en las que los equipos pondrán a prueba su táctica y esta mina. Resumiendo, los barcos se medirán en dos trayectos desde Lisboa a Lorient, en Francia, y después a Gotemburgo, Suecia, con una parada técnica en La Haya, Holanda, a mitad de camino. Todo terminará con una regata In-Port final en Gotemburgo, el 27 de junio de 2015. Puede parecer romántico, admiten los responsables de la prueba, pero la realidad es mucho más dura, ya que los patrones meteorológicos no siempre son fáciles de interpretar y la travesía implica dramáticos cambios de temperatura y condiciones extremas que soportar. Pero lo que para algunos son trabas, para los regatistas de la Volvo Ocean Race son retos a superar.

Capital internacional de la vela durante diez días

Los 40.000 metros cuadrados del Race Village en Alicante abrirán sus puertas el próximo jueves, convirtiendo a la ciudad en la capital internacional de la vela. Serán diez días con multitud de actividades gratuitas repartidas entre los muelles 10, 12 y 14 del puerto y conectadas a pie o a través de un barco lanzadera que comunicará las zonas. Habrá cine; actividades para los más pequeños; pabellones como el Musto Shop, Volvo o Equipo Español; la zona interactiva «Otro día en la oficina»; exposiciones y, por primera vez, las exclusivas bases de los equipos se podrán observar como si uno estuviera en primera línea del «paddock».

Rivales

Mapfre

España estará presente de lamano de IkerMartínez y Xabi Fernández.

TeamSCA

Primera tripulación cien por cien femenina desde la edición 2001-02.

AbuDhabiOceanRacing

IanWalker vuelve al timón del barco halcón. Un duro contrincante.

DongfengRaceTeam

Patroneado por el francés Charles Caudrelier con una tripulaciónmitad china.

TeamBrunel

El veterano Bouwe Bekking tripula a un equipo de jóvenes regatistas.

TeamAlvimedica

Jóvenes americanos que unen fuerzas con un patrocinador turco.

TeamVestasWind

Chris Nicholson ha vuelto. Es su quinta Volvo Ocean Race.

Filosofía china para los novatos

Dongfeng Race Team, el equipo del «viento del este», tiene modestas aspiraciones, pero requisitos exigentes. Su tripulación, mitad china, mitad internacional, tuvo que completar dos rondas de selección físicas y psicológicas durísimas con 40 aspirantes. En las pruebas se vieron obligados a mantenerse despiertos y trabajar en equipo durante 36 horas seguidas con intervalos de sueño de apenas 20 minutos. A lo largo de los últimos meses, estos regatistas se han entregado en cuerpo y alma al programa y seis fueron seleccionados para unirse a tripulantes profesionales occidentales. Han conseguido aprender en diez meses lo que los competidores experimentan desde hace diez años. Algunos tiraron la toalla y más tarde pidieron ser readmitidos en el grupo porque lo echaban de menos. Han aprendido a respetar el trabajo en equipo, el barco, el mar y a ser pacientes; todos valores de la milenaria cultura china y en el corazón de un tripulante oceánico. Ahora están a punto de embarcarse en una de las mayores aventuras humanas.