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Una «Madama Butterfly» después de la gran bomba
El Festival de Peralada acoge un nuevo montaje de la ópera de Puccini
El Festival de Peralada acoge un nuevo montaje de la ópera de Puccini.
Según algunas fuentes, la mañana del 9 de agosto de 1945, el tiempo y la visibilidad hicieron imposible que el bombardero estadounidense pudiese arrojar la bomba atómica en la ciudad japonesa planeada. Sin embargo, la opción de abortar la operación coercitiva que tenía que poner un definitivo punto final a la Segunda Guerra Mundial no era aceptable. El avión cambió el rumbo en busca de un nuevo objetivo. En el mapa surgió el nombre de Nagasaki, y al parecer el alto mando encontró en esa ciudad algo familiar. Sí, era la ciudad en la que sucede la trágica historia de la ópera «Madama Butterfly», por aquel entonces la más popular del repertorio lírico en suelo estadounidense e, irónicamente, prohibida en Estados Unidos en los años de la guerra. ¿Puede algo tan hermoso haber sido la causa de tanta destrucción? Sólo es una leyenda, pero sigue siendo descorazonadora.
El Festival Internacional Castell de Peralada produce junto a la Deutsche Oper Am Rhein un nuevo montaje del gran clásico de Puccini con una nueva y original puesta en escena centrada en los años de la Gran Guerra. Así, el próximo 7 y 9 de agosto podremos ver en la localidad de la Costa Brava a la triste Cio Cio San esperar a Pinkerton en un desolado Nagasaki dos años después de la desolación causada por la bomba atómica. Se da la circunstancia, dentro de otra de las leyendas que giran alrededor de la mítica obra, que el hijo del personaje real que inspiró a la geisha Cio-Cio murió realmente en Nagasaki a causa de la bomba. «Puccini definió a Madama Butterfly como una tragedia, pero siempre que la veía yo no la sentía así. Estudiando su historia, sus orígeenes, y todo lo que hay detrás, descubrí que sí había mucha tragedia real y decidí ir en esa dirección», comenta Joan Anton Rechi, el director escénico de la obra, que mañana ya se podrá ver en la Deutsche Oper Am Rhein de Dusseldörf.
De esta forma, Puccini vuelve a Peralada con un elenco de lujo, con la soprano Ermonela Jaho como Cio-Cio-San. «Hoy en día es muy difícil imaginar a otra interpretando el papel. Se dice que si Puccini hubiese popido verla en el papel, habría encontrado a la intérprete que había imaginado», comentó ayer Oriol Aguilà, director del Festival de Peralada, en la presentación del montaje. Junto a Jaho estarán Btryan Hymel, como Pinkerton, Carlos Álvarez como Sharpless y la mezzosoprano gironina Gemma Coma-Alabert como Suzuki. Por su parte, Dan Ettinger dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Bilbao, acompañada por el Coro del Gran Teatro del Liceo.
La obra, además, quiere limitar los rasgs orientalistas japoneses que inundan la mayoría de montajes. Por tanto, el primer acto estará centrado en el consulado americano de Nagasaki, donde lo único tradicional japonés será Cio-Cio, «como si de una mariposa encerrada que intenta escaparse se tratase», señala Rechi. En el segundo y tercer acto veremos a Cio-Cio esperando ante las ruinas del consulado, dejando ver en el exterior la desolación que la geisha siente por dentro.
Por otro lado, Peralada también anunció dos recitales que se realizaran los días de la ópera protagonizados por la soprano rusa Julia Lezhneva y el tenor lírico dramático Gregory Kunde.
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