Bruselas
Puigdemont activa el Consejo de la República con una campaña de agravio contra el Estado
Impulsa una recogida de firmas para pedir que la UE active el artículo 7 y pueda suspender los derechos de España.
Impulsa una recogida de firmas para pedir que la UE active el artículo 7 y pueda suspender los derechos de España.
Mientras los Comités de Defensa de la República (CDR) llamaban a la movilización indefinida y cortaban carreteras , el ex president Carles Puigdemont aprovechó el acto de presentación del Consell de la República en Bruselas para hacer un llamamiento a la unidad del independentismo ya que «sin esta unidad será difícil tener la autoridad moral suficiente». Su discurso puso el broche final a un acto de marcado carácter festivo celebrado en el Teatro Real Flamenco, en el centro de la capital belga y al que asistieron 800 personas. La mayoría de ellas, catalanes que aprovecharon el puente de la Constitución y la Inmaculada para desplazarse a Bruselas. Toni Comín, quien dirigirá este nuevo organismo desde suelo belga, anunció una campaña de recogida de firmas en Europa contra el España.
Pocas horas antes de que Puigdemont tomara la palabra en Bruselas, el también ex president Artur Mas había criticado en una entrevista radiofónica las posibles medidas del Govern de Quim Torra sobre los mossos. Incluso algunos asistentes al acto de ayer en Bélgica abuchearon y pidieron la dimisión del actual conseller de Interior, Miquel Buch, cuestionado por las cargas a los CDR. Por eso, las apelaciones al cierre de filas resultaban más pertinentes que nunca. El ex president incidió en que «hay un clamor de unidad que recorre Cataluña y lo deberíamos escuchar. Si no lo hacemos, difícilmente desde la política tendremos la autoridad moral para hacer lo que hay que hacer. Y si eso llega a pasar, si perdemos la autoridad moral, perderíamos todo lo que hemos conseguido, que es muchísimo», aseguró. El ex president estuvo arropado en este acto por el president Quim Torra y el vicepresidente Pere Aragonés además de otros miembros del gobierno como Jordi Puigneró, Josep Bargalló, Damià Calvet y Laura Borràs y los ex consellers huidos a Escocia y Bélgica Toni Comín, Lluís Puig y Clara Ponsatí, quienes participaron en el acto de manera activa. Los medios de comunicación no tuvieron la oportunidad de hacer preguntas por lo que resultó imposible saber si Torra tomará alguna medida en los próximos días en relación al conseller de Interior.
Dentro de esas grietas a la unidad defendida por Puigdemont, destacaba también la ausencia de representantes de la CUP que decidieron no acudir al acto. En un comunicado publicado, la formación decidió dar las espalda a «iniciativas que parten de una lógica simbólica» pero que no tienen entre sus fines la «ruptura democrática con el estado».
Como si quiera responder a estas acusaciones, Puigdemont calificó el Consell como un organismo para verificar la «voluntad efectiva de hacer la república» que será capaz de llegar «allí dónde no puedan llegar nuestras instituciones», en alusión a otra posible activación del artículo 155 por parte del Estado. El ex presiden residente actualmente en Waterloo anunció que el Consell se activará cuando contabilice un millón de inscritos (actualmente hay unos 40.000) y que contará con 100 miembros: un 25% de ellos serán diputados del Parlament, otra cuarta parte provendrán de los municipios, el 25% de las entidades sociales y la cuarta parte restante «ciudadanos de todo el mundo». Puigdemont también explicó que él seguirá presidiendo de manera temporal este órganismo hasta que se convoquen elecciones a la asamblea de representantes en un plazo máximo de un año.
Dentro de la estrategia para internacionalizar el proces, Comín anunció la petición de firmas para activar la iniciativa ciudadana europea con el objetivo de poner en marcha el artículo 7 contra España. Un procedimiento activado por las instituciones europeas contra Polonia y Hungría por su deriva autoritaria y que puede desembocar en la pérdida del derecho de voto en el Consejo.
Por lo demás, la coreografía de ayer y los símbolos empleados resultaron muy similares a actos precedentes. Omnipresente color amarillo, «senyeras», esteladas, proclamas independentistas y figuras del ayer y del hoy ejemplificadas en el icono de la transición Lluis Llach y el rapero Valtonyc, también huido en Bélgica. El canto de «Els Segadors» fue el colofón final.
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