Barcelona
Los patronos de Cataluña
Esta semana celebramos las fiestas patronales de Cataluña: el martes, Sant Jordi, y el sábado, Nuestra Señora de Montserrat. San Jorge fue un mártir muy venerado en la antigüedad. Al parecer, fue un soldado romano de Oriente, que se hizo cristiano y murió como mártir de Cristo durante las persecuciones del siglo III. Desde Oriente la devoción a este gran mártir -fue llamado el «megalomártir» o el mártir por excelencia- se extendió hacia Occidente, donde hoy sigue siendo el patrón de muchos países, entre los cuales está Cataluña.
La leyenda de san Jorge es de una gran belleza: san Jorge es el caballero que vence al dragón y salva de sus garras a la princesa. Es una leyenda muy emblemática, que nos recuerda que hemos de luchar contra el mal, contra todo aquello que causa un mal a las personas. Sin embargo, san Jorge fue sobre todo un cristiano convencido de su fe en Jesús que renunció a todo, incluso a la vida, para ser fiel al Evangelio.
En Cataluña su fiesta es también el día de las rosas y de los libros, expresión de la estimación que se tiene a las personas a las que obsequiamos con una rosa. Y amor también a la cultura, que se manifiesta en el regalo de un libro.
Pocos días después de la fiesta de Sant Jordi, se celebra la de Nuestra Señora de Montserrat. La geografía, la historia, los monjes benedictinos, los escolanes y la piedad del pueblo cristiano han construido la historia de Montserrat, que tiene también su leyenda.
Esta leyenda dice que se trata de una imagen que, a causa de una invasión de la península, fue escondida en una cueva de la montaña, en el lugar de la actual Santa Cueva, y que más tarde fue hallada en dicho lugar por un pastor.
Y la leyenda sigue explicando que, cuando la quisieron trasladar hacia Manresa, la imagen adquirió tanto peso, que fue imposible moverla del lugar donde ahora está el santuario y el monasterio benedictino, y que ya se quedó allí hasta hoy.
Esperemos que nuestros patronos nos ayuden a fin de que las raíces cristianas de Cataluña den mucho fruto.
De manera especial, y como primero, el fruto de la fe. La primera de las invocaciones de la Visita Espiritual a la Mare de Déu de Montserrat, escrita por el obispo Torras i Bages, pide precisamente el don de la fe que valoramos y agradecemos mucho en este Año de la Fe que estamos celebrando, al decir. «Virgen prodigiosa, trono purísimo donde reposó la eterna Sabiduría cuando vino al mundo a enseñar el camino de la salvación, conseguid para vuestros catalanes aquella fe que mueve las montañas, rellena los valles y hace expedito el camino de la vida».
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