Barcelona

Los díscolos del PSC amagan con volver a romper la disciplina de voto

La Razón
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Después de la insólita reunión de la cúpula del PSOE en Barcelona el pasado lunes, el PSC ha dejado claro que aparca el derecho a decidir para centrarse en la reforma federal de la Constitución que defienden desde Ferraz. Así, el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, garantizó ayer que su partido no apoyará en el Parlament la petición de CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP para que el Gobierno central transfiera a la Generalitat la competencia para organizar una consulta.

La votación, en cualquier caso, también servirá para medir la ascendencia de Navarro sobre su partido y muy concretamente sobre los diputados díscolos que ya han roto la disciplina de voto con anterioridad. «No se me ocurre que alguien pueda cambiar la decisión democrática de un órgano de dirección política del partido», apuntó. El primer secretario de los socialistas catalanes recordó que la decisión de no apoyar la petición de transferencia de la consulta tiene el aval del Consejo Nacional del PSC, que así lo decidió tras «votar secretamente y de un debate amplio y libre» entre los cuadros del partido.

No obstante, una de las voces críticas dentro del PSC, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, pidió a su partido que no se oponga a la transferencia de competencias para convocar consultas. «Lo que quiero –señaló– es que el PSC tenga una posición propia. A partir de aquí, soy partidario de abstenerme en otras posiciones». Y no es el único. El fundador de la corriente crítica Avançem, Jordi del Río, apostó abiertamente por la abtención. De ser así, Navarro se encontraría ante la tesitura de cumplir con su propias amenazas y tomar medidas contra los diputados díscolos. Como por ejemplo expulsarles del partido.

Navarro, por otro lado, aseguró que el PSC sigue defendiendo el derecho a decidir «pactado y dialogado» con el Gobierno y por ello votarán en contra de la petición. A su juicio, la iniciativa es un brindis al sol que tendrá una «vida ínfima» ya que el Congreso la rechazará sin más tras aprobarse en el Parlament. En declaraciones a Ràdio4, acusó a los partidos soberanistas de «jugar al frentismo», ya que con esta iniciativa no quieren celebrar una consulta, sino acumular un agravio.