Las farmacias de Barcelona han vuelto a recuperar la apariencia de noviembre de 2013, cuando sus dueños empapelaron las boticas de carteles y panfletos, en los que denunciaban los impagos de la Generalitat. Al igual que entonces, ahora los farmacéuticos acumulan cuatro meses de retrasos en los cobros de los medicamentos que dispensan.

La administración les debe un total de 330 millones de euros por lo que han decido pasar a la acción e iniciar una campaña para denunciar la situación que sufren. Desde ayer todas las boticas catalanas empezaron a repartir folletos para pedir «responsabilidad» al gobierno de Artur Mas y a exhibir un cartel con el que pretenden sensibilizar a la población de la «asfixia» que viven sus negocios: «Lo que no dice el plan de medicación. La Administración paga los fármacos meses después de que los necesites. Este coste lo avanzan las farmacias», señala el mensaje. El Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña y la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña, promotoras de la iniciativa, defendieron que «cuestiones como la salud, el acceso a los medicamentos, han de estar garantizados y han de quedar al margen de cualquier divergencia política».

La campaña arrancó precisamente ayer al acumular oficialmente 120 días de demora en los pagos. La Generalitat debe actualmente a las farmacias las facturas correspondientes a julio (121,5 millones), agosto (100 millones) y septiembre (112,5 millones) de este año. Este sector está a la espera de que llegue el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), después de que el Govern anunciara que no tiene dinero para pagar las facturas que les adeuda