Cataluña
Jané indigna a la Guardia Civil al pedir que los Mossos asuman el control de armas
La asociación mayoritaria del cuerpo policial afea al conseller de Interior el «uso torticero» de la muerte de los dos agentes rurales en Lleida para reivindicar más competencias para Cataluña.
La asociación mayoritaria del cuerpo policial afea al conseller de Interior el «uso torticero» de la muerte de los dos agentes rurales en Lleida para reivindicar más competencias para Cataluña.
A raíz de la muerte de dos agentes rurales en un coto de caza en Aspa (Lleida) a manos de un cazador, la conselleria de Interior abrió un debate sobre la necesidad de revisar los protocolos que utiliza la Guardia Civil para conceder el permiso de armas. El responsable de Interior, Jordi Janè, sembró la polémica al pedir que «se mejoren los protocolos y pruebas psicológicas» para asegurar que las personas que lleven armas «no sean inestables». Y decidió ir un paso más allá en su crítica, al considerar que en la comunidad catalana la competencia para conceder estas licencias debería recaer sobre los Mossos d’Esquadra .
Estas declaraciones, concedidas el domingo a la emisora RAC-1, han abierto un enfrentamiento con el cuerpo policial, que asegura sentirse «atacado».
Ayer, la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGG) afeó a Janè que utilizara la muerte de los dos guardias rurales para poner en duda su trabajo y reclamar competencias para Cataluña. En un comunicado, criticó el «uso torticero» que ha hecho la Generalitat «de un hecho tan desgraciado» e instó al conseller a «estudiar mejor los protocolos que sigue el cuerpo para conceder los permisos de armas». Porque, critican, con sus ataques «crea un clima de crispación que perjudica la convivencia de la Guardia Civil en Cataluña». Desde la AEGG recordaron, además, que en la concesión de este tipo de licencias también participa la Generalitat. Cuando la Benemérita aprueba el permiso, el solicitante debe presentar previamente una licencia de caza, que concede la conselleria de Agricultura, así como un certificado médico-psicológico expedido por un centro homologado por el gobierno catalán.
El Gobierno, por su parte, también consideró desafortunadas las palabras del responsable de Interior de la Generalitat. Ayer el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, consideró de «mal gusto» abrir una polémica política a propósito de este suceso y aprovechó para ensalzar la labor de los cuerpos policiales que trabajan en el medio rural.
Paralelamente a este debate, se celebró una jornada de luto en Lleida por la muerte de los dos guardias. Tras el minuto de silencio en su recuerdo, el alcalde de la ciudad Angel Ros, pidió que se garantice la máxima seguridad a los agentes. En la misma línea se expresó el secretario de CC OO en Lleida al leer un comunicado que redactó uno de los fallecidos como representante sindical del cuerpo de los Agentes Rurales. En él reclamaba un reglamento urgente para mejorar las condiciones de seguridad en el desempeño de sus funciones.
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