La temporada pasada no fue la mejor, numéricamente hablando, del Teatre Romea. La crisis del consumo cultural le golpeó fuerte, en un año marcado por obras trágicas y de calado hondo. Por ello, su director, Julio Manrique, ha decidido dar un giro de 180 grados y apostar por la comedia como eje vertebrador de la próxima temporada, que se iniciará con «Un aire de familia», de los franceses Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri. «No queremos instalarnos en la queja y el lamento, sino invitar a la gente que se acerque al teatro, ofrecer algo de alegría», aseguró ayer Manrique.

El director no dudó en calificar el Romea de 2013/14 como «menos severo», aunque sin perder su condición crítica y de análisis de la actualidad. «Me encanta la comedia, soy un gran admirador de un género que demuestra que se pueden explicar muchas cosas desde otro punto de vista», señaló Manrique.

El otro puntal cómico de la temporada será «Dones com jo», de la compañía T de Teatre bajo la dirección de Pau Miró, que ocuparán el Romea de enero a marzo. La obra se centra en mujeres que rondan los 50 años, una época difícil, de crisis, en la que la sociedad parece convertir en invisibles a estas mujeres. «Es una comedia que habla de la crisis como una oportunidad de regeneración», aseguró el director del Romea.

La temporada también recuperará «Fuegos», dirigida por Josep Maria Pou, que ya asombró en el pasado Festival Grec con un elenco formado por Carmen Machi, Cayetana Guillén Cuervo, Nathalie Poza y Ana Torrent. Otra de las recuperaciones será «Incendis», la obra de Wajdi Mouawad que lleva dos temporadas llenando el teatro y que volverá en junio. Para acabar, Manrique se reserva una obra dirigida por él enmarcada dentro del próximo Grec.

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Manrique también protagonizará «L'orfe del clan dels Zhao», obra del siglo XVII de Ji Junnxiang, conocido como el Shakespeare chino, adaptada por el propio Voltaire, y que Oriol Broggi dirigirá junto a su compañía La Perla 29. El Romea también ofrecerá fuera del escenario principal «La nit just abans dels boscos», de Bernard-Marie Koltès, en pases reducidos a 35 personas. Y todo con un descenso del precio de las entradas con la esperanza de que en 2014 se baje el IVA cultural.