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El Govern amenaza con denunciar el plan hidrológico del Ebro en Europa

La comunidad de regantes defiende la viabilidad del proyecto aprobado

En la imagen el Ebro a su paso por la localidad tarraconense de Tortosa
En la imagen el Ebro a su paso por la localidad tarraconense de Tortosalarazon

Barcelona- Contundente y desafiante se pronunció ayer el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, sobre el recién aprobado plan hidrológico de la cuenca del Ebro. Para el convergente, el proyecto «pone en riesgo» la preservación del Delta del Ebro y fomenta la salinización del tramo bajo del río, entre otros aspectos. Por ello, Vila advirtió de que si no se rectifica el «deplorable» plan, el Govern acudirá a la Comisión Europea.

Horas más tarde y después de que el comité de autoridades competentes ratificará la votación del consejo del agua de la demarcación del Ebro, el secretario de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Josep Enric Llebot, rebajó el tono de la posición la Generalitat. Sí manifestó que Cataluña «llevará su opinión allí donde ésta pueda ser relevante», pero reconoció el trabajo realizado y apuntó a que el plan, aprobado con 72 votos a favor y 9 en contra –los de la Chunta Aragonesista, grupos ecologistas y la Generalitat–, contiene aspectos con los que el gobierno catalán sí está de acuerdo.

El principal desacuerdo se centra en el caudal ambiental mínimo que fija el nuevo plan hidrológico. Cataluña defiende que debe ser, en años secos, de 7.167,9 hectómetros cúbicos anuales, mientras que el proyecto fija que debe ser de 3.370,0 hectómetros cúbicos anuales en la desembocadura del río y de 3.009,9 hectómetros cúbicos anuales a su paso por Tortosa independientemente del si el año es seco o húmedo. Según el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Xavier de Pedro, atender esa reivindicación es «imposible» aunque el proyecto se revisará de ahora en adelante de forma periódica y en función de las circunstancias medioambientales y las necesidades.

Los regantes catalanes han votado a favor del plan y el propio alcalde de Lleida, Àngel Ros, se ha postulado a favor. Pero la Generalitat insiste: «El regadío es una parte del plan, pero no una parte exclusiva», señaló Llebot. Asimismo, Vila declaró que persistirá en su empeño de que el plan «incluya unos intereses generales que beneficien a la sostenibilidad ambiental del Delta y no sólo se tengan en cuenta criterios para los regadíos».

El plan hidrológico de la cuenca del Ebro pasará ahora a manos del Ministerio de Agricultura que, a través del Consejo Nacional del Agua, será el responsable de aprobarlo de forma definitiva antes de que el Gobierno le de luz verde mediante un real decreto.