El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, destacó el potencial de las plantas aromáticas y medicinales, a cuyo cultivo se destinan 856 hectáreas en Castilla y León, como sector con «un potencial enorme» para dinamizar la comarca de El Bierzo.

Abordar las posibilidad que tiene el sector en este territorio, las formas de cultivo o conocer los mercados fueron algunos de los aspectos abordados en la puesta en marcha de un nuevo programa HUB para revitalizar El Bierzo, que también busca emprendedores.

«Esta comarca cuenta con un terreno idóneo» para este cultivo y «pese a que la presencia actual de estas producciones es testimonial», destacó la «potencialidad enorme» del territorio para «aprovechar esta oportunidad de diversificación», señaló.

Suárez-Quiñones, que abrió la jornada en el municipio leonés de Páramo del Sil, puso de manifiesto el trabajo que, desde el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), se está llevando a cabo zonificando hasta 59 espacios en la Comunidad, en función de sus características, entre los que se encuentra El Bierzo.

En estos terrenos se han identificado más de 30 potenciales cultivos alternativos, entre los que destacan estas plantas cuya comercialización es menor que otros cultivos, pero tienen un alto valor en el mercado y una «gran capacidad» de generar empleo.

Con estos datos, la pretensión de la Junta es, explicó el consejero, «potenciar estos cultivos como la salvia, la lavanda o el lavandín. En 2016, el terreno dedicado en España a las plantas aromáticas fue de 4.800 hectáreas, una cifra que se duplicó al año siguiente. Por ello, defendió la apuesta por este sector como una manera de «no poner todos los huevos en la misma cesta».

En esa línea, el alcalde de la localidad y anfitrión del encuentro, Ángel Calvo, coincidió en señalar a este subsector agrario como uno d elos posibles «revulsivos» para la economía de la comarca. «No todo el Bierzo es poza», recalcó el regidor, que recordó que las condiciones climáticas de las poblaciones situadas a mayor altitud impiden que estas localidades puedan dedicarse al cultivo de productos de la huerta, como tomates o pimientos.