El ministro de Justicia visita Salamanca, donde participa en dos jornadas y entrega la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort a varios juristas.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, tenía ayer una presencia muy activa en Salamanca, donde participaba hasta en dos jornadas, una en la Universidad sobre los retos compartidos con el espacio jurídico de la América Hispana, y otra en el Colegio San Agustín, sobre la importancia de enseñar educando, y hacía entrega de la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort a varios juristas.

En la primera de estas citas, celebrada en la Hospedería Fonseca, y con una sala repleta de estudiantes que forman parte de los cursos de especialización en Derecho de la Universidad de Salamanca, el ministro aludía a algunos de los desafíos y también enemigos a los que se enfrenta el mundo en el futuro. Entre los primeros citaba a la desigualdad, la transferencia del conocimiento, la seguridad jurídica y el binomio economía-justicia, y de los segundos, apuntaba al fanatismo, el populismo, el terrorismo, el nacionalismo excluyente o los extremismos. Frente a ellos, el ministro aseguraba que la respuesta más poderosa es la aplicación de la Ley y la Justicia. «Sólo a través de ambas construiremos democracias sanas y garantizaremos un futuro de libertad», apuntaba Catalá.

Proteger el español

Igualmente, el notario mayor del Reino de España hacía hincapié en el «decisivo papel» que juegan ya las nuevas tecnologías en todo esto y apostaba por trasladar el concepto de Estado abierto a la Justicia. «Estamos asistiendo a una especie de pangea virtual donde los cinco continentes se vuelven a integrar a golpe de las nuevas tecnologías para acercarse entre sí, y es fabulosa la capacidad transformadora de las nuevas tecnologías y su utilidad en todos los órdenes de la vida», decía el ministro, quien aseguraba que la administración de Justicia «debe ser también uno de esos ámbitos». De la misma forma, Rafael Catalá apuntaba al español y a sus 560 millones de hablantes en el mundo, «que llegarán a 750 en 2020», decía, yasí como la tercera lengua más utilizada en Internet, como otro de los desafíos de futuro «que estamos obligados a defender y potenciar sus capacidades».

En su intervención, el ministro también avanzaba la puesta en marcha de una Estrategia Nacional de Justicia, que tendrá como objetivo llevar a cabo «la gran reforma pendiente en España, que es la de la Justicia».

Finalmente, el ministro finalizaba su intensa visita a Salamanca con la entrega de distinciones que llevó a cabo a mediodía en la Subdelegación del Gobierno en la ciudad charra, en un acto que contaba con la presencia de la delegada del Gobierno en Castilla y León, María José Salgueiro.

Allí, el ministro de Justicia, imponía la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort al catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de A Coruña, Agustín Pérez-Cruz, y al magistrado de la Sección Única de la Audiencia Provincial de Salamanca, Ildefonso García del Pozo.

Además, entregaba también Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort a la catedrática de Derecho Procesal de la Universidad de Salamanca, María del Carmen Calvo.