Política
Los socios de Díaz la ven como un producto de «marketing»
La presidenta de la Junta cumplió ayer cien días desde la multitudinaria toma de posesión en el Parlamento, en la que se declaró heredera de algunas políticas de Rodríguez Zapatero y en la que estuvo rodeada por numerosos cargos del partido y, sobre todo, por gente de su barrio sevillano de Triana. La diferencia con Griñán, un político más técnico y menos amigo del contacto a pie de calle, la marcó Susana Díaz desde el primer momento.
Los socios de Gobierno han evaluado estos cien días con un notable, aunque el coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, también ve que hay «un poco de marketing» en torno a la difusión de Díaz, que ha cobrado un gran protagonismo andaluz y también nacional en su propio partido, armándose además con la poderosa arma que significa controlar el PSOE-A como secretaria general.
Curiosamente, IU tiene una visión muy parecida al PP sobre Susana Díaz como un producto de «marketing». De hecho, ésta ha sido una de las críticas más repetidas por el principal partido de la oposición. Lo que ocurre, en la práctica, es que IU no ha sido consecuente con esta visión. En estos cien días los dos socios de Gobierno han cocido el Presupuesto para 2014, que se aprobará definitivamente esta semana y que incluye medidas que chocan contra el ideario de IU, como la rebaja de las pagas extra de los funcionarios, recortes en servicios sociales o la no inclusión del demandado impuesto para grandes superficies. Sin embargo, los 12 diputados de IU tienen orden de dar el jueves su voto afirmativo a las cuentas públicas. El trámite está a salvo. Es previsible alguna ausencia, pero no votos en contra de los diputados izquierdistas.
IU ha jugado estos cien días y lo que llevamos de legislatura a dos pistas. Dos roles, como poder y oposición, que a menudo son difíciles de conciliar. De ahí que ayer Maíllo asegurara que Susana Díaz «no ha traído nada nuevo» y, al mismo tiempo, que ha aportado un «tono diferente» en torno a determinados mensajes.
El relevo de Susana Díaz al frente de la Junta no ha sido nunca, en cualquier caso, una amenaza para el pacto de gobierno. Si acaso lo contrario. Fue Susana Díaz, no hay que olvidarlo, la persona enviada por Griñán para que tejiera el acuerdo con IU después de las elecciones.
Pese a todo, la presidenta andaluza no ofrece un mensaje claro de que hay pacto hasta final de legislatura, como pretende abiertamente IU. Estos cien días de gobierno no han servido para disolver la duda de un adelanto electoral. En San Telmo ponen un ojo en la recuperación económica –una baza para el PP– y otro, en la desarmada situación orgánica de la oposición, que después del frenazo dado por Rajoy a las negociaciones a finales de noviembre, aún no tiene candidato.
El balance del PP es «pobreza, paro y corrupción», tal y como señaló ayer la vicesecretaria de Territorio, Alicia Martínez. El PSOE destaca el «claro liderazgo en la política andaluza y nacional».
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