Mascotas
¿Por qué huyen de los ruidos?
Muchos perros salen despavoridos cuando oyen estruendos o ruidos fuertes como los cohetes. Verano es época de fiestas y hay que tener cuidado. Bastante mascotas acaban perdiéndose
Muchos perros salen despavoridos cuando oyen estruendos o ruidos fuertes como los cohetes. Verano es época de fiestas y hay que tener cuidado. Bastante mascotas acaban perdiéndose.
La sensibilidad y la reacción a los ruidos es muy normal en los perros. Un estudio de la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA), concluye que un 49% de perros muestra algún grado de miedo a los petardos, los truenos, los ruidos excesivos...
Los canes suelen reaccionar de dos formas: unos buscan un sitio donde acurrucarse, como debajo de la cama o de una mesa para protegerse y otros salen despavoridos en una carrera frenética que no oyen nada ni a nadie. Estos son los que más peligro corren ya que su pánico hace que no oiga nada, no vea nada y pueda ser atropellado o perderse y no saber volver.
Cuando ante el estruendo el can se esconde en algún lugar, no se le debe obligar a salir, ya que él siente que es la única protección que tiene. El refugio escogido hará que se sienta más tranquilo y lo ayudará a controlar su miedo. Si intentamos sacarlo de él el perro percibirá que lo estamos despojando de su única protección, su miedo se convertirá en pánico y se agravará la situación. Lo mejor es no darle importancia y actuar con normalidad, en un tiempo no excesivo el perro saldrá por su propia iniciativa del escondite.
Cuando notemos los primeros síntomas de nerviosismo o las primeras conductas inadecuadas por los ruidos en nuestra mascota tenemos que estar pendiente para ayudarla a calmarse, pero no acariciarla en ese momento, ya que entenderá que se le está premiando y tenderá a repetir esas conducta en el futuro.
Si está suelto hay que ponerle su correa para evitar que huya depavorido y mantenerlo cerca con calma. Es muy importante nuestra actitud. Debemos mostrarnos tranquilos y relajados para demostrarle que no pasa nada. Lo que sí podremos hacer es acariciarlo cuando deje de mostrar miedo y se haya tranquilizado. El origen de estos miedos puede ser la mala socialización, (ahora casi todo lo que pasa al perro proviene de esa etapa).
Pero hay que tener en cuenta que su propio instinto de supervivencia le hace intentar huir o esconderse y también es absolutamente normal que sienta miedo al percibir alteraciones desconocidas o violentas en su entorno, por lo que hay que verlo como normal.
Una réplica de aguja e hilo
Linda Facci, una panadera de Nueva York, ha roto con su pasado laboral y se dedica a coser perros en miniatura exactos a como son en la realidad. Facci empezó con este «negocio» cansada de que su marido se opusiese una y otra vez a su deseo de tener un pastor australiano. Cogió aguja e hilo y se fabricó uno. Tras el éxito, los hace bajo demanda a 300€.
¡Que no soy tonto!
Es muy normal ver a los dueños de los perros hablando a sus canes haciendo carantoñas y diciendo frases sin sentido como si fuesen bebés o medio tontos. Un artículo de la revista «Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences», señala que la forma de hablarle influye en su comportamiento. Si no queremos que sea un «parvo», mejor que no le digamos «parvadas».
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