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Tita cierra la venta de Villa Favorita
La baronesa Thyssen ultima los detalles con la familia Invernizzi, que pagará 65 millones de euros por la conflictiva mansión
La baronesa Thyssen ultima los detalles con la familia Invernizzi, que pagará 65 millones de euros por la conflictiva mansión
Sigo intentando venderla desde hace más de 13 años, pero ‘‘Villa Favorita’’, aunque preciosa y con grandes atractivos, es demasiado grande para que nadie pueda interesarse por ella», confesaba Carmen Thyssen a este periódico en verano. Pero parece que, por fin, habría conseguido cerrar la venta de la impresionante mansión suiza que perteneció al barón y que fue heredada por ella, su viuda. Y es que la prensa italiana confirmaba hace pocos días que la familia Invernizzi –un millonario clan fundador de la casa de quesos Galbani– había adquirido «la finca más bonita de Lugano» por 80 millones de francos, unos 65 millones de euros. «Ya es un hecho», titulaba el «Corriere del Ticino», diario local del cantón suizo en el que se sitúa Lugano: los últimos trámites burocráticos que quedaban por cerrarse parecen encontrarse en su recta final, y aunque Tita Cervera todavía no se atreve a confirmar la compra, tanto la prensa suiza como la italiana (Lugano se encuentra cerca de la frontera entre ambos países) dan fe de que el trato ya ha sido cerrado.
Según la legislación, una vez que se ha recibido una oferta económica que cumple con las expectativas del vendedor, los herederos del propietario (en este caso, Borja Thyssen) tienen 28 días para igualar la oferta y conseguir anular la operación. Pero Borja ni está interesado ni podría afrontar la compra de «Villa Favorita», además de que, según afirma «Vanitatis», ese tiempo habría expirado hace tiempo y ni Borja ni su mujer, Blanca Cuesta, se habrían interesado por la mansión, a pesar de que parte de la infancia del primogénito de la baronesa transcurrió en este espectacular enclave de 35.000 metros cuadrados con vistas al lago Caresio.
La baronesa puso la vivienda a la venta en 2002 después de confesar sus problemas de liquidez. Sin embargo, tras recibir «numerosas ofertas que no se materializaron», según explicaron sus abogados, la ex miss decidió retirar el cartel de «se vende». Pero además de ayudar a engrosar las supuestamente maltrechas cuentas de la aristócrata, la venta de «Villa Favorita» finiquitaría sus problemas con el Gobierno de Lugano, ya que el cantón, tras un descencuentro con el barón, sancionó una ley que obliga a vender toda la propiedad a un solo comprador, unida, desechando la posibilidad de parcelarla y venderla por partes.
Impulso turístico
Los desencuentros entre el matrimonio Thyssen y las autoridades del cantón suizo comenzaron en 1988, cuando en Lugano se enteraron del contrato de arrendamiento que firmó el barón con el Gobierno español para traer su colección a Madrid y abrir una pinacoteca. En Suiza vieron ese movimiento como un desprecio, más aún después de cobijar la valiosa colección del barón durante décadas.
Los habitantes de Lugano están satisfechos con la transacción, ya que desean que la finca, en manos de los Invernizzi, abra sus puertas al público y se convierta en un atractivo turístico que impulse la economía y el desarrollo de la zona. Además, los luganeses consideran la finca parte de su patrimonio cultural, si bien Tita, que tiene su residencia y tributa allí, se ha negado siempre a abrir las puertas de «Villa Favorita» al turismo.
El desinterés de Borja Thyssen
El heredero de la baronesa Thyssen, Borja, habría tenido 28 días para igualar la oferta de compra y hacerse con el inmueble donde pasó tantos momentos durante su infancia. Sin embargo, no lo ha hecho. Parece que el reciente padre no compartirá con Blanca y sus retoños el emblemático enclave a orillas del lago.