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Quim Gutiérrez: «No he encontrado nada que se me resista»

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Persistente, optimista e intenso. Entregado a cada personaje, cauto –que no pesimista- con el resultado de su trabajo una vez pasa el filtro de la crítica y del público en el estreno. Quim Gutiérrez vuelve a desplegar sus dotes de interpretación en ‘Sexo fácil, películas tristes’, el debut cinematográfico del argentino Alejo Flah donde el actor da vida, junto con Marta Etura, a una pareja tipo que vive una historia de amor. Unos personajes de ficción creados por un guionista que atraviesa una crisis sentimental y repasa con ellos los tópicos de las comedias románticas.

Más allá del mundo del séptimo arte, el actor vive entregado a la moda o a la fotografía como otras de sus grandes pasiones. Al fin y al cabo, no dejan de ser imágenes con significado...

En plena promoción de su último filme, ¿qué experiencia se lleva? La experiencia ha sido muy enriquecedora. El director, Alejo Flash es maravilloso, me extraña que sea su primera película todavía porque es alguien que venía con el curro muy hecho y no tenía dejes de primerizo. Conocía muy bien su historia y lo que quería contar.

¿Y con la actriz Marta Etura? Es la tercera película en la que colabora con ella... La química con Marta ha sido fundamental. Veo nuestras imágenes como pareja y realmente me da la sensación que está muy metida en el papel, que le sale de forma muy y muy natural, y eso no siempre es fácil.

Interpreta a un joven despreocupado con miedo al compromiso que finalmente encuentra el amor. ¿Hasta qué punto se siente identificado con Víctor? Cuando leí el guión mi personaje Víctor me caía antipático y así se lo dije a Alejo. Tampoco es que tuviera unas características lejanas a mí en cuanto a comportamiento o forma de hablar pero ahí estaba el reto y la dificultad. De entrada, me resultaba más interesante la historia del escritor, Ernesto Alterio que tenía que relatar una comedia romántica con los personajes de ficción.

¿En qué se parece el personaje a usted? Víctor, cuando empieza la película tiene una cierta aversión hacia las relaciones, en la posibilidad del amor y en la dificultad de mantener la llama de la pasión. En mi caso, después de haber cortado con una relación estaba en una posición muy parecida a Víctor, y al interpretar el personaje identifiqué perfectamente lo que estaba sintiendo. Yo creo que de alguna manera fue beneficioso para la película y casi terapéutico para mí. No es que utilice habitualmente las películas como terapia pero sí que te pueden ayudar en momentos concretos.

¿Cómo se prepara cada personaje? ¿Qué procedimiento sigue? Para mí, la clave es el guión. Una vez que me aceptan para la película voy a entrevistarme con el director y le hago muchísimas preguntas sobre el perfil del personaje. También me gusta inventar mucho, complementar matices de su personalidad y crear una idea muy completa del personaje. Encuentro fundamental la documentación para crearlo y me gusta mucho ensayar previamente.

¿En qué registros se encuentra cómodo? ¿Hay algún perfi l que le resulte incómodo? De hecho, mi reto es encontrar cuanto más registros mejor. Y cuando más difícil me parece el personaje, mucho mejor. Me gusta el reto y me gusta hacer cosas distintas. Soy muy insistente. Si de entrada la interpretación no me sale bien o no me convence, no ceso en el intento hasta que consigo el resultado que busco. De momento, ¡no he encontrado nada que se me resista! Todavía –se ríe-.

Por lo tanto, usted no tiene ningún límite... Si la historia me gusta, soy capaz casi de lo que sea. Lo que sí que te diré es que una de las cosas que me resulta molesta en los rodajes son las alturas y si me tengo que enfrentar por guión a secuencias con alturas como tirarme desde algún sitio elevado, eso me da más reparo por un tema de riesgo o salud. Sería lo único.

¿Qué siente cada vez que se estrena una película en la que aparece en el reparto de actores? Con cada estreno siento mucha responsabilidad porque es el trabajo final de un equipo de personas y después de la promoción nos gustaría que la gente las fuera a ver. También soy muy cauto con la perspectiva de éxito. No me ilusiono mucho de entrada hasta que no veo que la película ha tenido aceptación y el público ha disfrutado con ella.

¿Asiste personalmente a cada estreno? A veces sí y a veces no. En general me gusta ir a ver la película cuando ya lleva varias semanas en cartelera. Me coloco en el fondo de la sala del cine y analizo la reacción del público.

Empezó en series de televisión en Cataluña para luego hacer el salto al sector cinematográfico en toda España. ¿Cuál cree que será su próximo salto? Mi perspectiva ahora es más internacional. De manera muy realista y muy humilde estoy intentando hacer papeles en otros países. Castings en inglés o en francés.

Pinta de francés sí que tiene... -Sonríe-. De momento he hecho una película allí. Ahora voy a rodar otro filme francés y en septiembre probablemente otro. Me siento tremendamente afortunado porque es muy complicado entrar en el cine francés y de momento ya he puesto un pie. Tengo un representante muy bueno que me está introduciendo y por suerte nos entendemos muy bien. Estoy muy contento, pero soy muy cauto con las expectativas.

Cambiando de sector, ¿qué relación tiene actualmente con la moda? Tengo una relación muy natural desde siempre. Me gusta, me divierte y ya está.

¿Se considera un ‘it boy’? No me gusta nada que me consideren icono de algo y en general me produce risa e incomodidad. Evidentemente, es mucho mejor que te digan apelativos positivos que negativos porque es bueno para promocionar las películas que hago y bueno para mi imagen.

¿Se mira al espejo y a quién ve? Pues a veces veo a mi padre y a veces veo a mi abuelo. ¡De cabeza nos parecemos mogollón! Cuando estoy de promoción me miro menos al espejo porque nos hacen tantas fotos que ya me harto de verme –sonríe-.

¿Sigue alguna pauta de belleza en su día a día? La naturalidad no está reñida con unos mínimos cuidados. A diario me pongo crema hidratante después de la ducha. Es algo ya muy asumido como cuando te pones el champú o el gel. Es algo muy natural y no por eso pierdes masculinidad. Y lo de hacer deporte para cuidarme, para mi, es una filosofía de vida y no un esfuerzo. Lo llevo haciendo desde que era muy pequeño y noto sus beneficios mental y físicamente. Además, el deporte viene ligado con la forma de comer que es algo que también miro que sea saludable. Es un placer hacer cosas sanas, cuando uno lo prueba y realmente funcionan. He tenido mucha suerte porque mis padres me educaron muy bien a comer con cabeza y me inculcaron unos hábitos de vida saludables.

¿Qué le atrae del mundo de la imagen? Soy muy esteta. Presto mucha atención a la estética pero no en el sentido de la preocupación sino porque me atrae el mundo de las imágenes. Soy más visual que de letras ¡y eso que he estudiado humanidades! En general soy muy esteta en todos los campos: en el vestir, en los muebles, en la comida... Me gusta el detalle estético.

Le apasiona la fotografía, ¿qué intenta capturar con sus instantáneas? ¿Ese detalle estético que comenta? Intento capturar estética y verdad. Es algo que viene mucho de mi experiencia en el cine. Lo que me atrae son esos momentos que te quedan grabados por la intensidad interpretativa o la belleza de la imagen. Por eso, el cine y la fotografía tienen muchísimo que ver. De momento como fotógrafo me siento muy amateur pero sigo insistiendo. Por ejemplo, cuando fotografío a modelos les pido que interpreten papeles. Les monto historias o les meto en situaciones concretas para poder capturar esa belleza del momento. Por suerte, reaccionan bien a mis exigencias.

Usted es muy activo en Instagram, la red social de la fotografía... Me gusta poner lo que gusta y lo que hago pero cada vez pienso menos como lo recibe el público o si lo que cuelgo tendrá más o menos ‘likes’. No pierdo el tiempo en este aspecto.

Hace poco, cumplió 34 años y puso en Instagram una fotografía suya en blanco y negro acompañada de este texto: “Otro año para refl exionar sobre como pensar menos”. ¿Qué le preocupa? Tiene que ver con esas autorreflexiones que uno se hace para ver qué cambiarias de ti mismo. En mi caso cambiaría un exceso de pensamiento. Suelo darle muchas vueltas a las cosas y a veces no tienen tanta importancia.

Cine, moda, fotografía... ¿Tiene alguna asignatura pendiente? ¡Muchísimas! Me doy cuenta que lo que te diré suena a titular de revista del corazón pero a pesar de mi vida tan inestable que tengo, me gustaría ser padre y lo tengo bastante claro. Supongo porque también he tenido un entorno familiar excepcional y es lógico que también quiera formar una familia.