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Pippa Middleton, mi gran boda inglesa

Como en los mejores historias de Jane Austin, Pippa Middleton, eligió un pequeño y pintoresco templo de la localidad de Englefield, en el sur de Inglaterra, para la boda

Pippa Middleton, mi gran boda inglesa
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La imagen del día y la boda del año. Pippa deslumbró al mundo con su belleza en la boda de Kate.

Se había anunciado como la gran boda del año y no defraudó. Pippa Middleton, hermana de la duquesa de Cambridge, se casó ayer con el millonario James Matthews en St. Mark, una parroquia situada en la tranquila localidad de Englefield que ayer, sin embargo, fue invadida por cámaras de ambos lados del Atlántico. La expectación era máxima. No en vano la novia se convirtió en 2011 en la dama de honor más famosa del mundo durante el enlace de Catalina con el príncipe Guillermo, heredero al trono británico.

Haciendo gala de la puntualidad inglesa, Pippa hizo su entrada triunfal a mediodía en un Jaguar descapotable de 1951 en compañía de su padre y padrino, Michael. Pese a las predicciones meteorológicas, la lluvia dio tregua y los fotógrafos pudieron deleitarse en cada detalle del vestido, el secreto mejor guardado. Tal y como aseguraban las casas de apuestas, el diseñador elegido fue Giles Deacon, que elaboró un hermoso traje de manga corta con cuello cerrado plagado de pequeñas flores en forma de encaje. Según su creador, el vestido estaba inspirado en un modelo de la película «El gatopardo», de Luchino Visconti. El velo fue del también británico Stephen Jones, la tiara del joyero Robinson Pelham y los zapatos customizados con detalles de perlas de Manolo Blahnik. Un «outfit» que podría rondar los 45.000 euros.

Una de las primeras en llegar fue Carole Middleton que, para el gran día, volvió a confiar en la firma Catherine Walker & Co y se mostró de lo más favorecida con tocado de Jane Taylor. Por su parte, la duquesa de Cambrige volvió a dar lección de estilo y apostó por un diseño de McQueen, la misma firma que confeccionó su traje de novia. Llevó también tocado de Jane Taylor y pendientes de Kiki McDonough. Mucho se había hablado del papel que iba a ejercer en la boda de su hermana, ya que, ante todo, no quería robarla el protagonismo. Finalmente actuó como dama de honor, encargándose de los pajes, entre los que estaban el príncipe Jorge, de tres años, y la princesa Carlota, de dos, que fueron vestidos por la firma española Pepa & Co.

La gran ausente, sin embargo, fue Meghan Markle. La posible presencia de la novia del príncipe Enrique había generado gran expectación. Pero, finalmente, el hijo menor de Lady Di se presentó en compañía de su hermano Guillermo. Según los rotativos, a fin de no robar protagonismo a la novia la intérprete decidió no asistir a la ceremonia religiosa, a la que solo estaban invitadas 100 personas, entre ellos, el tenista Roger Federer, la princesa Beatriz y Serena Hood, directora de moda de la edición británica de «Vogue». Pero Markle se unió después a la fiesta que se organizó en la gran marquesina de cristal, traída ex profeso de Bélgica, que se instaló en la casa de los Middleton, donde se celebró el convite.

La familia hizo todo lo que estaba en sus manos para asegurarse de que nadie que no tuviera invitación pudiera acercarse a la fiesta. El permiso para volar por la zona quedó cancelado para evitar que los paparazzi capturaran más de la cuenta. Con todo, los novios fueron generosos con la Prensa, dejándose fotografiar al entrar y salir de la parroquia y ofreciendo incluso un beso de recién casados.

Kate Middleton, de Alexander McQueen para la boda de Pippa

En el enlace de su hermana al millonario James Matthews, la duquesa de Cambridge estuvo muy en su papel, como siempre. Porque si hay algo que caracteriza a Kate Middleton es su saber estar, también en lo que a estilo se refiere. Y aye no podía haber elegido mejor. La duquesa de Cambridge optó por un vestido muy “lady”, realizado en seda, con cierto aire años 40. ¿El color? Todo un acierto, el rosa empolvado y el largo y la silueta, absolutamente favorecedores: a la rodilla, con cintura marcada, “peplum”, escote en V y manga larga con puños abullonados.

El modelo lo firma Sara Burton, directora creativa de Alexander McQueen, quién ya firmara el que llevó Pippa como dama de honor el día de la boda de Kate y Guillermo de Inglaterra. ¿Demasiado discreta? Tal vez, sí, pero, esta señora sabe lo que hace y ayer su hermana debía ser princesa por un día, es decir, la protagonista. Además, la duquesa de Cambridge eligió bien en lo que a accesorios se refiere: acertó con el tocado con forma de flor y los pendientes en forma delágrima a base de brillantes. Los zapatos, cómodos por la perfecta altura del tacón, en ante de color maquillaje (idénticos, por cierto, a los que llevaba su madre, Carole).