Gente
Las mujeres coraje que tumbaron a Bill Cosby
En algún momento, todas creyeron que estaban solas. Ya no. Al contar sus estremecedoras historias al unísono ellas lograron destronar al padre de la televisión estadounidense y hacer historia.
El juicio que acabó con Bill Cosby por agresión sexual tuvo como protagonista a Andrea Constand, la mujer que lo acusó de haberla drogado y violado en 2004. No era la primera vez que se veían las caras en los tribunales. En junio de 2017 el primero de los juicios fue suspendido después de que el jurado se viera incapaz de alcanzar un veredicto. Un año después, tras la repetición del proceso, Cosby fue encontrado culpable. La ex empleada de la Universidad de Temple y el astro de la televisión se habían conocido en 2002, cuando ella tenía 29 años. Emocionada, Constand declaró ayer su «profundo y sincero agradecimiento a la Mancomunidad de Pensilvania y al condado de Montgomery por su servicio y sacrificios. Enhorabuena. La verdad prevalece».
Pero Constand no es ni remotamente la única mujer que ha acusado a Cosby de asalto sexual. En realidad son más de 60. Cuando el caso de Constand fue desestimado en 2005, presentó una demanda civil en la que otras 12 mujeres declararon haber sido objeto de agresiones similares. Durante el nuevo juicio penal también testificaron otras siete. Chelan Lasha, por ejemplo, llegó hasta el estrado llorando, incapaz de contenerse tras muchos años de mutismo. Tenía 17 años cuando, según su testimonio, fue drogada por Cosby y posteriormente violada. «Me dijo que quería encontrarse conmigo en el Hilton», explicó. «Yo quería ser modelo y actriz e ir a la escuela y él quería... ayudarme en mi carrera». Cuando llegaron al hotel Cosby le explicó que le iban a hacer una sesión de fotos. «Entré a la habitación. Me abrazó. “¿Como estas? ¿Cómo está tu abuela?”. Me dijo que fuera al baño y me mojara el pelo porque quería ver cómo me sentaba húmedo». Lasha, resfriada, aceptó la medicina que le había ofrecido. Se sintió mareada. «Dijo: “Debes tumbarte”, y me acompañó hasta la habitación. Apenas podía moverme. Me llevó hasta allí y me acostó en la cama. Después de eso ya no pude moverme. Se acostó a mi lado, me pellizcaba en los pechos, me agarró de las piernas mientras gruñía». Cosby, sostuvo, la despertó al día siguiente, le ofreció dinero y la invitó a su espectáculo. Tiempo después incluso llamó por teléfono. Dijo: «La gente que habla demasiado puede ser silenciada», y colgó.
Olor a tabaco y café
Igual de impactante fue el testimonio de Janice Dickinson, una de las modelos más importantes de la década de los ochenta, y que lo ha acusado de drogarla y violarla en un hotel del lago Tahoe, en Nevada, en 1982. Dickinson le habría mencionado que sufría de dolores mensuales y Cosby le dio una pastilla. Poco después de ingerirla se sintió mareada y fueron a una habitación, donde Cosby habría comenzado a manosearla. «Olía a tabaco, a café expreso y a su propio olor corporal. Yo no podía moverme (...). Aquí estaba el padre de Estados Unidos encima de mí, un hombre felizmente casado con cinco hijos (...), me desmayé después de que me penetrara. Fue asqueroso». Como quiera que Cosby negó la mayor e incluso dijo que mentía, Dickinson lo denunció por calumnias.
También en 1982 y en Nevada habría tenido lugar la presunta agresión sexual contra Janice Baker-Kinney, que entonces tenía 24 años. En aquella ocasión Cosby la drogó durante una fiesta. Despertó al día siguiente, con el actor encima de ella. En un comunicado que publicó en Twitter, Baker-Kinney, que también había testificado durante el juicio, deseó que el veredicto abra «las compuertas a aquellos que han ocultado su vergüenza durante demasiado tiempo y les confiera el valor de dar un paso al frente. No estáis solos». Igual que Heidi Thomas, que sostiene que fue drogada y, cuando abrió de nuevo los ojos, se encontró a Cosby tratando de eyacular en su boca. En declaraciones a la CNN nada más hacerse público el veredicto, Thomas comentó que había mirado a su marido, sentado a su vera, y dijo: «Lo hicimos. Hemos ganado. Hemos tumbado a Goliat». Añadió que «es importante mirar a esa persona a la cara y decirle: “No te saliste con la tuya. Todavía estoy aquí. Y vas a caer”». Victoria Valentino, que asegura que Cosby la drogó y violó en 1969, comparte su sentimiento de triunfo. «Finalmente se está creyendo en las mujeres, en lugar de en los acusados poderosos, ricos y famosos», dijo a los medios al salir del juicio.
Lise-Lotte Lublin, que fue amiga del actor, solo recuerda haberse sentido indispuesta después de que Cosby le suministrara una bebida, y haber despertado 48 horas más tarde en su propia casa, mientras que la actriz y escritora de origen cubano Lili Bernard, que también lo acusa de violación, confesó tras conocerse la sentencia que estaba soñando. Bernard, que también había declarado durante el juicio, dijo sentir que su «fe en la humanidad ha sido restaurada». «El año pasado», añadió, «cuando estaba sentada en el tribunal del primer juicio y se suspendió el veredicto, me fui de allí con una tremenda decepción. Me pareció evidente que el sistema judicial estaba a años luz de la cultura contemporánea. Pero hoy este jurado ha demostrado que lo que el movimiento #MeToo ha estado diciendo es que las mujeres merecen ser creídas. Doy las gracias al jurado y a la fiscalía».
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