Belleza
4 consejos de experta para llevar a cabo una buena alimentación en verano (sin comprometer la salud mental)
Esta temporada es esencial alimentarnos correctamente para mantener una buena salud, tanto física como mental.
En verano, la obsesión por un conseguir un cuerpo perfecto con el que lucir los bikinis más favorecedores, puede afectar gravemente a nuestra salud. Por un lado, las ganas de conseguir un bronceado perfecto puede derivar en el trastorno de la tanorexia; por otra parte, la necesidad de vernos delgadas, sin un gramo de grasa y como si tuviésemos encima los filtros de Instragram, puede afectar a nuestra salud mental, llegando a desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria como la ortorexia o lavigorexia, además de la anorexia y la bulimia. Asimismo, esta obsesión por una alimentación "limpia" en verano, puede desencadenar episodios de estrés, ansiedad y problemas sociales. Es importante seguir una dieta equilibrada pero variada ya que, privarse de grupos enteros de alimentos, puede desencadenar déficits nutricionales importantes. La experta María Sánchez, e-Health manager de Cigna Healthcare, nos da estos cuatro consejos para llevar una buena alimentación en verano sin poner en riesgo nuestra salud mental:
1. Olvidarnos de la dieta y de la operación bikini. Sustituir las restricciones esporádicas de alimentos, que prometen una pérdida de peso rápida y poco saludable, por una relación sana con la comida que nos beneficiará toda la vida, es decir, aprender a comer bien en función a nuestras necesidades, manteniendo una relación sana con la alimentación.
2. Rutina flexible de alimentación. En verano solemos salir más a comer fuera y para una persona que durante el resto del año lleva una alimentación estricta, eso suele suponer un problema. Debemos saber adaptar la alimentación a cada circunstancia. Por ejemplo, si tenemos una barbacoa con amigos, tomarnos unas verduritas a la brasa, en vez de solo carne y completarlo con una fruta de postre.
3. El take away para la playa. Es una opción muy sana ya que suele estar compuesto por ensaladas de verduras, de pasta, legumbres o arroz. Sin embargo, es recomendable abandonar las comidas en bañador en plena playa, vestirnos y comer en un chiringuito, un camping cercano a la playa o la terraza del hotel. De esta forma, disminuirá la ansiedad al ver el cuerpo mientras comemos.
4. Poner el foco en la mente y no en el cuerpo. Aunque en verano todos preferimos comidas fresquitas y ligeras, en vez de menús copiosos con una lenta digestión, debemos saber que es una cuestión más psicológica que física y que hay determinados productos que, si se toman muy fríos, pueden alterar la digestión y ocasionar problemas gástricos, náuseas y vómitos.
Debemos ser conscientes con nuestra salud, tanto física como mental, a la hora de alimentarnos en verano.
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