La amenaza del chavismo
Venezuela incansable
¿Qué va a pasar en Venezuela? La pregunta es reiterada tomando en cuenta que hace un año menguaron las protestas estudiantiles donde más de 150 venezolanos perdieron la vida. Ciertamente, la aparente consolidación de Nicolás Maduro después de su fraudulenta reelección produjo un vacío estrepitoso en la esperanza de los venezolanos y de los amigos alrededor del mundo que esperaban y siguen esperando un desenlace en el país caribeño. Cuesta pensar cómo es posible que Maduro siga en el poder después de tanto sufrimiento, después de una economía destruida y una crisis social espeluznante. La crisis eléctrica, la falta de agua, el salario devaluado, la crisis hospitalaria, entre otros motivos, son los estímulos para que una sociedad se vea en la necesidad de protestar y llamar la atención de los responsables, en este caso, el gobierno nacional. Uno de los grandes problemas que atraviesa el país es la crisis de liderazgo en la oposición. No hay una unidad decidida a canalizar la indignación, la molestia y la frustración. La vía electoral parece agotada. Se ha demostrado que el nivel de intervención y fraude es de tal magnitud, que presentarse a unas elecciones sería convalidar el atraco a través del sufragio. Se puede esperar poco de las Fuerzas Armadas, quienes siguen siendo serviles a los intereses del dictador. La intervención extranjera resulta un tema delicado porque supondría romper con los principios de soberanía y le daría argumentos a Maduro de endurecer y radicalizar aún más la revolución. Solo queda la presión interna, la de la calle, pero también la de una dirigencia política, obligada a recoger y traducir la molestia en esperanza, en un verdadero cambio.