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Represión en Venezuela

Un seno carcomido retrata la salud de Venezuela

Elizabeth Salazar hizo público el cáncer que padece, levantó frente a las cámaras su vestimenta y mostró su seno izquierdo, carcomido por un cáncer para el cual se ordenaron 10 sesiones de quimioterapia. Pero no ha podido realizar ninguna.

Un seno carcomido retrata la salud de Venezuela larazon

Elizabeth Salazar hizo público el cáncer que padece, levantó frente a las cámaras su vestimenta y mostró su seno izquierdo, carcomido por un cáncer para el cual se ordenaron 10 sesiones de quimioterapia. Pero no ha podido realizar ninguna.

La afección tiene 80% de probabilidad de supervivencia, pero solo si se cumplen los procedimientos médicos. En Venezuela, la enfermedad aumenta su letalidad pues la escasez de medicinas e insumos hospitalarios es feroz. Elizabeth no ha podido iniciar su tratamiento. “Esos medicamentos no están en existencia en el país. Mi esposa está condenada. Estamos claros de que si ella no recibe ese tratamiento va a morir”, dijo Luis Ugas, su esposo.

Desde entonces ha recibido llamadas de solidaridad de muchos. Un médico de una clínica privada ofreció aplicarle los tratamientos sin costo alguno, cuando se consigan los medicamentos. Otras tantas personas han entregado dinero y materiales para las dolorosas curas que debe realizarse la mujer dos veces al día.

Hasta ahora ninguna llamada recibida por Elizabeth o su pareja ha sido de algún funcionario del gobierno. En cambio, el diputado Julio Borges, un opositor exiliado, se comprometió a enviarle el tratamiento completo desde el extranjero.

Ella no se sentó a esperar. Este lunes 11 de junio acudió al hospital Domingo Luciani a buscar le fuera administrada la primera sesión de quimioterapia. “Cuando por fin entramos, me dijeron que a Elizabeth le pondrán tratamiento pero con las sobras de los demás pacientes”, contó Luis Hugas durante la mañana a preguntas de periodistas. La ayuda ofrecida desde otras fronteras se usará cuando llegue.

Son 6 las quimioterapias retrasadas en una historia que comenzó en el hospital Padre Machado de Caracas, uno de los centros oncológicos públicos más importantes de Venezuela. Le dieron el diagnóstico y una lista de materiales faltantes. Pero ninguna esperanza.

Desde entonces, el cáncer de Elizabeth Salazar ha evolucionado desde la “primera etapa”, hasta el estadio 3B. Además, en estado de metástasis, le ha invadido su axila y costado izquierdo.

Defraudados

En la casa de Elizabeth Salazar, ubicada en Charallave –a 57 kilómetros de la capital Caracas–, hay dos retratos de Hugo Chávez. El expresidente, que murió en 2013 por un cáncer, obtuvo las simpatías de la mujer durante todas las elecciones a las cuales se postuló, como también su “heredero” Nicolás Maduro, incluso en 2018. Pero la revolución ha desahuciado a Elizabeth.

“Estos –el gobierno- dividieron al país”, dice Luis Hugas al admitir que apoyó a Chávez y a Maduro, incluso en 2018. Aún se califica de revolucionario, pero de los verdaderos, de los que no ostentan lujos. Lo dice señalando al Ché Guevara que está estampado en un bolso cruzado que porta. “Él murió sucio, barbudo. Lo asesinaron”. Valores perdidos en el chavismo.

De hecho, Hugas cuenta que buscó soluciones para su esposa manteniendo comunicación directa con el Director General de Hospitales, Divis Antunez. “Me dijo que el tratamiento que necesita Elizabeth no se conseguía en el país. Yo le respondí que prácticamente estaba condenándola a morir. ‘Yo no, el gobierno’, fue lo que me dijo”.

Francisco Valencia, director de la ONG Codevida y organizador de las protestas de los pacientes, afirma que como Salazar hay muchos que creyeron en el gobierno. “Ya en este punto, cuando salen a la calle a clamar por derechos, por medicinas, por atención se ven frustrados, llevados por la indignación”, detalla.

Durante la campaña electoral de mayo pasado, Maduro afirmó que “amor con amor se paga” y pidió el voto de sus electores como premio a sus dádivas. “Pero en este punto de la crisis el daño es tan grande que difícilmente tiene el gobierno con qué cumplir sus promesas”, completa Valencia.

En marzo de 2018 una encuesta realizada por médicos organizados en una ONG determinó que en 90% de las camas hospitalarias del país (de 104 hospitales y 33 clínicas privadas), el 90% de los servicios de radioterapia están inoperativos y en el 94% de los centros de salud no se puede hacer siquiera una radiografía. La ausencia de medicamentos supera el 80% así como el material quirúrgico.

Condenada por el Gobierno

Elizabeth Salazar es Bibliotecóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Jubilada, ingresa al mes apenas 2 millones de bolívares mensuales (menos de un euro al cambio común). Su esposo suma otros 3 a 4 millones al mes como investigador por cuenta propia, pero solo en exámenes médicos la deuda asciende a 250 millones de bolívares (unos 85 euros).

Juntos no logran pagar las cuentas del tratamiento. Tampoco la comida que necesita su estricta dieta médica, que no cumple.

Por eso no han descansado en reclamar al Estado su responsabilidad. Luis no solo ha recorrido todas las sedes del Seguro Social en Caracas en busca de las medicinas y respuestas para la situación de su esposa, sino que ha apelado a la justicia introduciendo una demanda ante el Tribunal Supremo para que el Estado cumpla con su responsabilidad. Pero las expectativas son pocas. En 2016 la organización Cecodap hizo lo propio en un caso sobre medicinas para niños y los jueces lo desestimaron.