Un impulso clave pero no decisivo

El pinchazo de Trump evidencia que los votos no se ganan con anuncios y apariciones constantes en televisión

–¿A qué se debe la caída de Trump a pesar de que las encuestas pronosticaban su victoria en Iowa?

–Su campaña fue errónea. En Iowa, los votantes eligen a su candidato en función de la campaña «puerta a puerta» de los políticos. Los miran a los ojos, les gusta hablar con ellos, y es algo que el magnate no ha hecho. Fíjese, en 2008 el senador Chris Dodd de Connecticut, que luchaba por la nominación demócrata, llegó hasta a matricular a su hija en una escuela de allí. En Iowa cuenta la «campaña terrestre» no la «aérea», que es la que ha hecho Trump a través de la publicidad y las televisiones.

–¿Ha sido una vez más clave el voto de los evangélicos para el triunfo de Cruz?

–Totalmente. En Iowa los lazos con la iglesia protestante son débiles; los evangélicos, potentes. Cruz ha capitalizado este apoyo. Sin embargo, en el siguiente Estado en el que se votará, New Hampshire, la cosa cambia. Allí no están influidos por el peso de la religión. A pesar de ello, la victoria de Iowa supone un importante impulso para Cruz de cara a la visibilidad y recaudará más apoyos y fondos.

–Rubio se ha quedado a poco más de un punto de diferencia de Trump. ¿Se ha subestimado al senador de Florida?

–Ha sido un gran éxito, ha demostrado su fortaleza, pues ha conseguido el mismo número de delegados que Trump. A partir de ahora, el apoyo y la financiación de donantes que hasta ahora habían apoyado a Jeb Bush irán a Rubio. Esto le aupará más en la carrera y la consolidará. Además, muchos miembros del Partido Republicano no quieren a Trump de candidato. El empresario ha insultado públicamente a muchos de ellos, así que estarían encantados de que desapareciera de la carrera primaria.

–¿La amarga victoria de Clinton, a sólo tres décimas de Sanders, cuestiona la candidatura de la ex secretaria de Estado?

–No, donde se jugará su carrera a la nominación será en Carolina del Sur. Como Estado del sur profundo de EE UU, donde la mayoría de los votantes son afroamericanos. Allí será donde demuestre si el electorado que hasta ahora se piensa fiel a Clinton realmente confía en ella.

–¿Seguirán el mismo patrón las primarias de New Hampshire o habrá cambios significativos?

–Históricamente, estos dos Estados han sido bastante similares: de población blanca y rural. Sin embargo, en las últimas tres décadas, la parte del sureste del Estado se ha convertido en un área metropolitana. Además, muchos residentes del sur de Nueva Hampshire nacieron fuera del Estado. En lo que a los republicanos se refiere, la religión no tiene el peso que ha tenido en Iowa. New Hampshire es católica, mientras que en Iowa los republicanos son mayoritariamente protestantes.

–¿Recuperará Trump el liderazgo en New Hampshire?

–Este Estado en muchas ocasiones ha dado la oportunidad de resucitar a los candidatos tras perder en Iowa. En 1980, Ronald Reagan lo utilizó para hacer resurgir su campaña tras la molesta derrota ante George Bush en Iowa. Ocho años más tarde, George Bush quedó el tercero en Iowa, pero ganó en New Hampshire y así consiguió recuperar fuerza y vencer las primarias.

**Profesor del Departamento de Gobierno de la American University