Relaciones Estados Unidos-Irán
Trump amenaza a Irán por el ataque a las refinerías saudíes
El precio del crudo se dispara a niveles de la guerra del golfo. El presidente de EEUU asegura que la respuesta militar dependerá de la confirmación de Riad.
El precio del crudo se dispara a niveles de la guerra del golfo. El presidente de EEUU asegura que la respuesta militar dependerá de la confirmación de Riad.
Suenan tambores de guerra en el Golfo Pérsico tras el ataque este fin de semana al corazón que bombea el crudo de Arabia Saudí. Ante la magnitud de estos ataques, uno de ellos contra la mayor planta de procesamiento del mundo en Abqaiq, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó el domingo la liberación de petróleo de la Reserva Estratégica de EE UU (SPR, por sus siglas en inglés) si fuera necesario, para asegurar suministros estables después de haberse perdido el 5% de la producción mundial tras el acto de sabotaje.
A pesar de los iniciales mensajes conciliadores a la Bolsa del fin de semana, el gigante del petróleo Aramco reconoció ayer que ha perdido la mitad de su producción, alrededor de 5,7 millones de barriles, después del ataque contra dos de sus refinerías, que llevaría la marca «Made in Irán», según Washington. Esto se ha traducido en que los precios del petróleo se dispararon ayer entre un 15% y un 20% por el aumento de la tensión en el Golfo.
En las primeras operaciones, el petróleo Brent subió un 19,5% hasta alcanzar los 71,95 dólares por barril, registrando su mayor incremento porcentual en una sesión desde la Guerra del Golfo en 1991; mientras que el West Texas Intermediate (WTI), el de referencia en Estados Unidos, sumó un 15,5% a 63,34 dólares el barril, la mayor ganancia porcentual intradiaria desde el 22 de junio de 1998.
La situación actual no augura buenas nuevas al mercado, sino más bien todo lo contrario, ya que Aramco no ha facilitado un cronograma para la reanudación de la producción, y, según una fuente cercana al asunto, el retorno a la capacidad total de petróleo podría tomar «semanas, no días».
La teoría de que la República islámica podría estar detrás del mayor ataque a los intereses del petróleo mundial ya se especuló el domingo. Primero lo afirmó el secretario de Estado, Mike Pompeo, y horas más tarde el presidente Donald Trump lo volvió a confirmar en su cuenta de Twitter. «El suministro de petróleo de Arabia Saudí fue atacado. Hay razones para pensar que conocemos el culpable, estamos cargados y listos, pendientes de verificación, pero estamos esperando a oír del reino saudí quién creen que fue el causante de este ataque, ¡y bajo qué términos procederíamos!», manifestó Trump, que dejó claro que está preparado para atacar a Teherán.
Los rotativos estadounidenses publicaban ayer que los servicios de Inteligencia de EE UU tenían pruebas de que es Irán quien está detrás de los ataques a las dos instalaciones petroleras saudíes y no el grupo rebelde hutí de Yemen, al que Teherán respalda y financia, que los reivindicaba. De hecho, un panel de expertos informó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que los hutíes habían adquirido drones de Irán en enero de 2018, según «The New York Times». Aunque los hutíes han usado ataques con drones antes, éste es en el que más se han adentrado en territorio saudí, si se confirma la autoría de los rebeldes yemeníes. Según el informe, la tecnología de los drones que usan los hutíes ha aumentado considerablemente, pasando de modelos comerciales a «versiones casi idénticas de los modelos iraníes», y la ONU, así como los Estados del Golfo Pérsico, consideran que es Irán el que ha suministrado armamento a los rebeldes.
Según la cadena ABC News, Irán lanzó casi una docena de misiles de crucero y más de 20 aviones no tripulados desde su territorio en el ataque, afirmó un alto funcionario de la Administración Trump.
Estas conclusiones las avala el Gobierno estadounidense, que ha publicado fotografías satelitales que muestran que eran al menos 17 puntos de impacto en varias instalaciones saudíes por ataques que procedían del norte o noroeste, confirmando así las sospechas de altos funcionarios estadounidenses. Según este diario neoyorquino, «eso sería compatible con un ataque proveniente del norte del Golfo Pérsico, Irán o Irak, en lugar de hacerlo desde Yemen, donde opera la milicia hutí, respaldada por el régimen de los ayatolás, que se atribuyó la responsabilidad de los ataques».
Irán captura otro buque
La República iraní, a la que le quedan pocos argumentos para defenderse, ha reiterado su postura de seguir manteniendo cerrada la puerta a la diplomacia con EE UU. A este respecto, el responsable del programa nuclear iraní, Ali Akbar Salehí, insistió ayer desde Viena que la decisión de su país de incumplir varios aspectos del acuerdo nuclear de 2015 es la única opción que le queda después de que EE UU abandonara el pacto el año pasado e impusiera nuevas sanciones económicas contra el petróleo iraní que, según él, se han transformado en «inhumanas e ilegales».
En respuesta a las sanciones, Irán decidió aumentar la producción de uranio enriquecido y ha reactivado sus actividades de investigación y desarrollo. El negociador iraní ha advertido de que si no se logra salvar el acuerdo nuclear, «el multilateralismo perderá su efectividad» y será más difícil la resolución pacífica en el futuro de otros conflictos.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, llamó a evitar conclusiones precipitadas sobre los responsables de los ataques a las refinerías de Arabia Saudí el sábado.
Sin embargo, ayer la Guardia Revolucionaria de Irán echó más leña al fuego al capturar un nuevo buque en el estrecho de Ormuz. Según Teherán, se trata de un barco que supuestamente transportaba 250.000 litros de combustible de contrabando hacia Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Un portavoz de la Guardia Revolucionaria –citado por la cadena de televisión local IRIB– ha indicado que varios tripulantes «han sido detenidos y entregados a las autoridades judiciales». El comandante de la Guardia Revolucionaria Ali Ozmaei detalló que en el buque, que fue interceptado cerca de la isla de Tunb Mayor, iban once tripulantes, cuyas nacionalidades no han trascendido hasta el momento.
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