Sometidas a periódicos y casi inevitables episodios de crisis y momentos de tensión, además de ser, sobre todo, resultado de la pugna de intereses estatales, las relaciones entre Marruecos y España han vivido en los trágicos nueve días transcurridos desde el terremoto del pasado 8 de septiembre uno de sus momentos de mayor comunión y sinceridad.

España ha sido uno de los cuatro países junto a Emiratos, Qatar y Reino Unido que ha contado de manera expresa y oficial con el visto bueno de Marruecos para poder enviar ayuda a las zonas golpeadas por el temblor de tierra que se ha cobrado, según el último balance del Ministerio del Interior, 2.946 muertos y 5.674 heridos. Y los españoles se han volcado como nunca con Marruecos y su pueblo en una oleada de solidaridad sin precedentes.

“España es el país que más nos ha ayudado en toda esta crisis. Es, además, y con mucho el país más próximo a nosotros humanamente”, afirma a LA RAZÓN el politólogo y especialista de las relaciones hispano-marroquíes Samir Bennis.

“La española es una actitud de cercanía y autenticidad que contrasta con la de otros países como Francia, movida siempre en sus relaciones hacia Marruecos por intereses y por un complejo de superioridad”, añade.

Tanto a través del Gobierno como de empresas, organizaciones no gubernamentales, personal sanitario, bomberos o ciudadanos anónimos, incontables e incesantes son las iniciativas solidarias llegadas desde España a tierras magrebíes para ayudar a quienes han perdido todo, han resultado heridos o a los familiares de los fallecidos.

A la cabeza de la solidaridad española en la región de Marrakech se sitúa la Unidad Militar de Emergencia (UME), desplegada en un contingente formado por 65 personas desde el domingo pasado con el objetivo de tratar de salvar vidas en las zonas de mayor riesgo y difícil acceso de entre las golpeadas por el terremoto. No tienen intención de marcharse aún de su campamento en la localidad de Amizmiz, en la provincia donde se situó el epicentro, Al Hauz.

Junto a los militares españoles han pasado por Marruecos varios grupos de bomberos de distintas comunidades autónomas de nuestro país. Tampoco ha faltado Cruz Roja Española, volcada en labores logísticas de distribución de ayuda a los afectados junto a las autoridades locales.

Entre las empresas, las iniciativas de ayuda son también innumerables. Inditex anunció una donación de tres millones de euros a la citada Cruz Roja para ayudar a los más afectados por el seísmo. Próximo a Palacio, el histórico diario marroquí "Le Matin", destacaba entre su listado propio de entidades nacionales y extranjeras solidarias con los marroquíes a la española Alsa. La empresa de transporte ha dejado de cobrar a los viajeros que transiten entre Marrakech y Amizmiz con objeto de facilitar los desplazamientos de ciudadanos y material humanitario. Por su parte, entidades financieras españolas tanto el Santander como el BBVA y CaixaBank han eliminado los costes de enviar dinero a Marruecos.

Agradecimiento marroquí

No ha pasado desapercibida la solidaridad española entre los marroquíes. El primero en hacerlo fue el rey de Marruecos cuando envió “los agradecimientos más sinceros del Reino de Marruecos a los numerosos países hermanos y amigos que han expresado su solidaridad con el pueblo marroquí en esta difícil situación”. Más allá del agradecimiento, reina en estos días la complicidad de las gentes de esta parte olvidada y castigada de Marruecos con los profesionales o voluntarios españoles.

De la misma manera, tampoco ha pasado desapercibida para los medios de comunicación marroquíes, especialmente dispuestos en los últimos tiempos por elogiar las bondades de la relación bilateral, la cascada de iniciativas públicas y privadas llegadas desde la Península y los archipiélagos. No en vano, este sábado un despacho de la agencia estatal de noticias MAP destacaba la labor de la UME y los bomberos españoles sobre el terreno. La nota se hacía eco de las palabras elogiosas de la ministra de Defensa Margarita Robles este jueves hacia el apoyo prestado a los militares españoles por las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos.

Lo cierto es que la elección de España entre los cuatro Estados que oficialmente ofrecieron ayuda y esta fue aceptada por las autoridades marroquíes no puede entenderse sin tener en cuenta el buen momento que viven las relaciones entre Madrid y Rabat desde hace año y medio. Es el tiempo desde que, el 18 de marzo de 2022, el Palacio Real marroquí hiciera público el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por medio de una misiva dirigida a Mohamed VI, al plan de autonomía presentado por Rabat para tratar de resolver el conflicto del Sáhara Occidental.

En la carta, el jefe del Gobierno en funciones aseguraba que la propuesta de Marruecos era la “más seria, creíble y realista” de las presentadas para la resolución del conflicto en torno a la soberanía de la que fuera colonia española hasta 1975, que Naciones Unidas sigue considerando pendiente de descolonización. Un apoyo que bastó para poner fin a la crisis bilateral y abrir un período de luces y sombras pero que ha permitido incrementar los niveles de cooperación migratoria y superar las tensiones diplomáticas.