Sudán
Segundo mes de guerra en Sudán: prosiguen el flujo de refugiados y las dificultades de acceso de la ayuda humanitaria
Más de medio millón de personas han huido del país, mientras la situación en Darfur sigue agravándose ante la incapacidad del Gobierno sudanés de establecer el orden
Hoy se cumplen dos meses desde que comenzó la tercera guerra civil sudanesa. Desde entonces, la asociación de médicos de Sudán ha contabilizado 958 civiles asesinados. El difícil acceso de la ayuda internacional, así y como el hermetismo al que se ha expuesto el país en lo que respecta a permitir la entrada a trabajadores humanitarios y periodistas, ha dado pie a una concatenación de horrores silenciados por la distancia del desierto y el estampido de la artillería.
Después de unas primeras semanas donde la presión internacional procuró poner fin al conflicto, el foco mediático sobre Sudán se ha disipado, y con él se fueron los intentos de alcanzar un acuerdo de paz. Casi una veintena de treguas se han firmado con la mediación de Estados Unidos y Arabia Saudí entre los dos bandos enfrentados, supuestamente con el fin de abrir corredores humanitarios, pero ninguna de ellas fue respetada de manera íntegra y los bombardeos y tiroteos y escenas de combates se han repetido de manera constante desde que comenzó la guerra el pasado 15 de abril.
La ONU calcula que 528.000 personas se han visto obligadas a abandonar el país en busca de una alternativa que escape de la violencia reinante: Egipto ha recibido a más de 200.000 personas; Chad acoge desde el inicio de la guerra a 120.000 personas que se sumarían al millón y medio de refugiados sudaneses que ya escaparon en años previos del conflicto de Darfur; y casi 100.000 personas, la mayoría de ellos retornados, han cruzado la frontera de Sudán del Sur. La cifra de desplazados internos ha superado ya el millón y medio de personas. Mientras los refugiados escogen Egipto (quienes salen de Jartum) y Chad (quienes huyen de Darfur) como destino, la mayoría de los desplazados internos se han trasladado a los alrededores de la capital, con localidades como Gadarif, Ad-Damazin o Rabak como los destinos habituales.
No se han registrado cambios importantes en cuanto a la situación en los combates desde el último mes. Jartum y la región de Darfur siguen siendo las zonas más disputadas, donde las RSF comenzaron en los últimos días una serie de operaciones que les garantizasen la posesión de las zonas fronterizas con Chad y República Centroafricana. En Jartum, el área de Omdurmán se encuentra en disputa entre los bandos enfrentados, mientras el ejército regular ha conseguido arrebatar a las RSF algunos de los barrios obtenidos durante las primeras semanas del conflicto, eso sí, sin que todavía pueda considerarse un claro ganador en lo que respecta a quién se hará con el control de la capital.
El orfanato de Mygoma
Este segundo mes de conflicto ha pasado a la infamia tras conocerse que al menos 70 niños fallecieron en un orfanato de Jartum a raíz de la falta de medicamentos y de personal para atender a los enfermos, que fallecieron por hambre, fiebres o septicemias provocadas por las pésimas condiciones en las que vivían. La Cruz Roja consiguió poner en marcha el pasado siete de junio un dispositivo de evacuación que trasladó a los 280 niños supervivientes a la ciudad de Wad Madani, donde éstos fueron devueltos a la tutela del Estado.
Casos como el del orfanato de Mygoma se extienden por las zonas afectadas por el conflicto: especial preocupación causa la situación de Geneina, capital de Darfur Oeste, donde la red de telefonía móvil fue interrumpida hace casi un mes y desde donde apenas llegan noticias de la mano de quienes huyen del horror. Aprovechando el caos que afecta a Sudán, milicias árabes en colaboración con las RSF han llevado a cabo en las últimas semanas una campaña de asesinatos contra las poblaciones negras de Geneina, pero también de otras localidades de la región.
Imágenes satelitales mostraron a lo largo del mes de mayo decenas de incendios provocados en las aldeas de mayoría negra, y los testimonios que han podido recogerse hablan de familias enteras asesinadas por las milicias Janjaweed y de que la ciudad de Geneina ha sido “borrada” del mapa. Sin embargo, las dificultades a las que se enfrentan los organismos pertinentes para acceder a la ciudad han derivado en un surtido de cifras que varían de los 600 a los más de 2.000 fallecidos en las últimas semanas, sin que se sepa aún un número exacto.
Existe un creciente temor entre los analistas en lo que respecta al efecto dominó que podría provocar la guerra en Sudán al resto de países de la región. La Comunidad del Este de África ya mostró su preocupación en el mes de abril, afirmando que el conflicto “no sólo causará inseguridad e inestabilidad en el país [Sudán], sino que tendrá un efecto dominó en la región y en el continente en general”. Igualmente, Sudán hace frontera con siete países, entre los que se encuentran Libia, Chad, República Centroafricana, Etiopía y Sudán del Sur, todos ellos países en guerra (Libia, República Centroafricana) o que viven hoy una tensa situación sociopolítica (Chad, Etiopía, Sudán del Sur) que la crisis sudanesa podría terminar de estallar.
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