Biden vs Trump
Secuela de 2020: Dos veteranos rivales para 2024
Un Biden octogenario o un Trump que podría implosionar a los republicanos, son los potenciales candidatos a las elecciones presidenciales de 2024
Se espera que el presidente Joe Biden anuncie su intención de buscar un segundo período en la Casa Blanca el próximo martes, según el diario «The Washington Post», que citó a tres fuentes cercanas al mandatario de 80 años. El formato elegido para hacer el anuncio sería un vídeo, y su lanzamiento coincidiría con la fecha en la que el presidente demócrata informó de su candidatura a las elecciones de 2020. El anuncio se esperaba desde hace algunas semanas, cuando Joe Biden dio a entender que se lanzaría al ruedo político nuevamente, a pesar de las críticas por su avanzada edad Hoy ostenta el récord de ser el presidente de mayor edad en la historia del país, y ahora, si logra ganar en 2024, se ratificaría en el cargo hasta 2028 acabando su segundo mandato a los 88 años.
A pesar de que la Casa Blanca ha defendido en múltiples ocasiones que su edad no es impedimento para el desarrollo de sus funciones, en redes sociales se han viralizado pequeños errores de protocolo o equivocaciones durante ruedas de prensa que medios conservadores y críticos de su gestión han utilizado para promover la narrativa de que no está en facultades para ejercer el cargo. El último parte médico de febrero desmintió los rumores asegurando que el presidente está «saludable y vigoroso».
¿Es Joe Biden la única esperanza de los demócratas?
En Estados Unidos es común que los presidentes intenten completar ocho años en el poder, pero con Biden parecía haber una excepción de fondo. Su campaña de 2020 se llevó a cabo en medio de la pandemia por COVID-19 y durante la turbulenta presidencia de Donald Trump que estuvo llena de escándalos personales. Los demócratas entonces vendieron a Biden bajo la idea de un «necesario período de transición» que llevaría al país fuera del caos y la polarización.
Efectivamente Joe Biden, un político del establecimiento y con experiencia de vicepresidente, se presentó como una opción favorable para lograr acuerdos en un Congreso cada vez más dividido y radicalizado. Esa capacidad de lograr consensos compensaba su falta de carisma, pero hoy parece que podría no ser suficiente para conseguir la reelección.
En la baraja de opciones se pensó inicialmente que la vicepresidenta Kamala Harris –la primera mujer en alcanzar esa posición- podría dar paso al relevo generacional. El problema es que su desempeño ha tenido más sombras que luces. Primero, cuando falló como encargada de la estrategia para hacer frente a la migración irregular; y luego, con la fracasada reforma electoral que buscaba detener iniciativas republicanas que quieren dificultar, entre otros, el voto por correo. Su última tarea, y tal vez la más efectiva coyunturalmente de cara a una campaña electoral, es la de abanderar la defensa demócrata por el acceso al aborto desde que hace casi un año la Corte Suprema acabara con la protección constitucional de este derecho.
Otras opciones son la estrella demócrata en ascenso, Pete Buttigieg, hoy secretario de Transporte que compitió por la nominación en la campaña pasada y quien tiene buenos índices de aprobación interna. También figuran en la lista Gretchen Whitmer, gobernadora de Michigan, que ganó los comicios de medio mandato al rival respaldado por Trump por un margen de dos dígitos. Y finalmente, Gavin Newsom, gobernador de California que aplica una fórmula de comunicación sencilla con su base y es la voz más proactiva contra Ron DeSantis, el controvertido gobernador republicano de Florida.
El dilema republicano
Del lado republicano hasta el momento solo tres nombres han hecho oficial su intención de buscar la nominación. El primero fue el expresidente Donald Trump, que logró durante su mandato controlar las bases del partido que al inicio parecían tímidas a su figura. Ahora, estrategas electorales creen que simplemente no tienen más opción que apelar al movimiento MAGA si quieren regresar al poder. Y puede que no importe que para ello deban ir con un candidato convertido en el primer expresidente estadounidense en ser imputado, en un juicio por presuntamente falsificar registros electorales durante la pasada campaña y que estará en curso durante la época electoral que se avecina. Sin contar otros casos penales que están pendientes.
La segunda opción la ofrece Nikki Haley, exembajadora ante Naciones Unidas durante la Administración Trump, y quien se lanzó al ruedo incumpliendo una vieja promesa a su exjefe sobre que no buscaría la Casa Blanca si él decidía participar de la contienda. De hecho, la también exgobernadora de Carolina del Sur se anticipaba como posible «vice presidenciable» de Trump.
El último conservador oficial es Vivek Ramaswamy, exfundador de una empresa de biofarmacia. El multimillonario se presentó ante la Comisión Federal Electoral como aspirante republicano, aunque en su anuncio no mencionó al partido. Entre el grueso de votantes es un desconocido.
Las cartas fuertes de los republicanos puede que aún no se hayan presentado. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, es visto como el posible candidato más viable para disputarle la nominación a Trump. Sus polémicas leyes en el estado, así como su defensa radical del concepto de libertad parece simular la fórmula MAGA, pero puede que incluso más inteligentemente que su mismo impulsor.
Además, falta por definirse si el exvicepresidente de Trump, Mike Pence hará la propio y se lanzará. Un último posible candidato es el senador Tim Scott, de Carolina del Sur, único afroamericano republicano en la Cámara Alta y quien ya tuvo una gira por el país aparentemente en busca de apoyos.