Guerra de Ucrania
Rusia envía a Ucrania carros de combate de 70 años de antigüedad para frenar la contraofensiva
El Ejército ruso reutiliza los blindados T-54 y T-55 de la era soviética sin modernizar
Rusia mantiene el envío a Ucrania de carros de combate T-54 y T-55 como medida desesperada para recuperar la pérdida de casi 2.000 vehículos blindados desde el inicio de la invasión y, sobre todo, para contrarrestar la inminente contraofensiva. En marzo, el Ejército ruso comenzó a transportar en ferrocarril hasta el frente del este decenas de T-54 y T-55 desde los almacenes de la localidad de Arséniev, en el krai de Primorie, ubicado en el extremo oriental del país.
Se trata del carro de combate más producido de la historia. De hecho, sus derivados siguen fabricándose en China, para ser exportados a Irak, y antes en Pakistán. Existen más de 100.000 unidades, de las cuales Rusia podría tener en su arsenal unas 300 recuperables. Suficientes para compensar dos o tres meses de pérdidas, según los especialistas. Sin embargo, las primeras imágenes de los carros de combate identificados en Ucrania muestran que el Ejército ruso no habría modernizado sus prestaciones.
La sanciones internacionales han encorsetado la actividad de las principales fábricas militares rusas, que no pueden acceder con fluidez a los componentes de alta tecnología necesarios para construir nuevos tanques T-90M o T-72B3, o incluso restaurar los viejos T-72B, T-80B o T-62M. A diferencia de estos carros de combate, el T-55 no necesita buena parte de la electrónica moderna para funcionar. Por eso, el alto mando ruso dio luz verde a su utilización. Entre otras cuestiones, porque su industria puede restaurarlos con relativa rapidez.
Pero es tecnología de los años cincuenta, un blindado en gran medida obsoleto en comparación con el tanque más antiguo del inventario de Kiev. Las Fuerzas Armadas ucranianas también utilizan el T-55, pero recibieron por parte de Eslovenia una versión mejorada del mismo, conocida como M-55S. Y cuentan, además, con los Leopard alemanes y los M1 Abrams norteamericanos.
El T-55 fue el primer carro de combate utilizado por la Unión Soviética en la Guerra Fría. Entró en servicio en el Ejército soviético en 1958, aunque fue desplegado por primera vez dos años antes de la guerra de Corea (1950-1953). Pertenece, por lo tanto, a una generación anterior a la óptica moderna, los cargadores automáticos y la estabilización multiaxial de sus cañones principales, la óptica infrarroja pasiva y los sofisticados controles de fuego informatizados.
No puede entrar en combate de noche sin ser visto. Mientras que los carros de combate en manos del Ejército ucraniano cuentan con intensificación de imagen pasiva o miras infrarrojas que no requieren foco. Por ello, se especula con que las tropas rusas puedan utilizarlo como artillería rudimentaria en lugar de enviarlo cerca del frente.
Es una decisión difícilmente comprensible del Estado Mayor ruso, teniendo en cuenta que existen alternativas viables potencialmente más efectivas sobre el terreno, como la adquisición de T-72 a Irán, un aliado que a lo largo de la guerra ya ha proporcionado sus famosos drones kamikaze, o T-62 y sus numerosos derivados mejorados producidos a gran escala en Corea del Norte, cuya implicación en el conflicto ha sido denunciada por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
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