Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaban en la tarde de ayer la peor de las noticias: la veracidad de un comunicado de Hamás que había dado cuenta, horas antes, de la muerte de tres miembros de la familia Bibas, rehenes de la organización terrorista radicada en Gaza desde el pasado 7 de octubre, fecha en que fueron secuestrados en el kibutz del sur de Israel donde vivían.

La entidad islamista apoyada por la República de Irán y en control de la Franja había informado en la mañana de ayer de la muerte del pequeño Ariel, de cuatro años, y de un bebé de apenas diez meses –el de menor edad de entre todos los rehenes de Hamás— , de nombre Kfir, junto a su madre, Shira, de 32 años tras un total de 54 días de cautiverio. “La organización terrorista Hamás continúa actuando de manera cruel e inhumana. Los representantes de las FDI hablaron con los miembros de la familia Bibas, les informaron y los acompañan en estos momentos. La responsabilidad de la seguridad de todos los secuestrados y secuestrados en la Franja de Gaza recae completamente en la organización terrorista Hamás”, afirmaba en la tarde de ayer un comunicado oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel.

Según habían informado en la víspera fuentes militares israelíes, que continúan investigando la fiabilidad de la información que ha trascendido hasta el momento, los tres miembros de la familia Bibas fueron entregados por Hamás a otra organización terrorista implantada en el interior de Gaza con objeto de dificultar su puesta en libertad. Otro portavoz militar israelí, Avichay Adraee, precisó la información asegurando que la familia se encontraba en la zona de Jan Yunis, en el sur de la Franja, aunque Hamás nunca confirmó las informaciones.

La familia al completo –incluido el padre de los dos pequeños, Yarden, de 34 años, aparentemente herido durante la operación terrorista— fue secuestrada por miembros de las brigadas Al Qasam –el brazo armado de Hamás— desde su residencia en el kibutz Nir Oz, situado a menos de dos kilómetros de distancia de la frontera con la franja Gaza en el sur de Israel, el pasado 7 de octubre. La ciudad de Tel Aviv había sido este martes escenario de una concentración en repulsa por el secuestro de los cuatro miembros de la familia y en la que se exigía la liberación.

Entretanto, Israel sigue negociando con la organización terrorista con la mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto, la puesta en libertad de en torno a 150 personas –de las 242 que fueron secuestradas por los islamistas desde sus hogares en el sur de Israel— que continúan cautivas de Hamás en el interior de Gaza. “Hamás pone en riesgo a los rehenes, incluidos nueve niños. Exigimos a Hamás que los devuelva a Israel de manera inmediata. Las FDI trabajan con todos los medios, operativos y de inteligencia a su alcance, para devolver a los secuestrados y a los secuestrados a casa”, concluían ayer las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) el citado comunicado.