Qué está pasando en Inglaterra: la razón detrás de los disturbios violentos

El pasado lunes (29 de julio), en la localidad de Southport, al norte de Liverpol, un joven de 17 años atacó con arma blanca un taller infantil de baile. Como consecuencia de este apuñalamiento múltiple, tres niñas pequeñas(6, 7 y 9 años) perdieron la vida y otras seis víctimas se encuentran en estado crítico.

Si bien dicha situación encarnó la ira en Inglaterra, miembros del partido de extrema derecha, Liga de Defensa Inglesa, incitados por las redes sociales y noticias falsas, se han involucrado en largas jornadas de disturbios violentos en el noreste del país. El día 31 de julio, los manifestantes acorralaron una mezquita en un ataque en el que medio centenar de agentes resultaron heridos. Los disturbios violentos han continuado hasta hoy con el incendio de una antigua estación de policías y la quema de un automóvil en Sunderland.

La desinformación está detrás de los disturbios

Tras el asesinato de las tres niñas a manos del ya identificado Axel Rudakubana, un adolescente oriundo de Cardiff, Gales, y de ascendencia ruandesa, las redes sociales comenzaron a difundir toda clase de bulos respecto al presunto asesino. Entre los más populares: "el autor es un inmigrante musulmán que habría cruzado ilegalmente en patera el Canal de la Mancha". Esta narrativa se extendió tanto que colectivos de extrema derecha se tomaron las calles de la localidad para exigir a Keir Starmer, primer ministro británico, que "detenga los barcos".

Según un análisis de Reuters, la falsa información que sugería que el joven era un solicitante de asilo o inmigrante fue vista al menos por 15,7 millones de personas en plataformas como X, Facebook e Instagram. Adicionalmente, el sitio web "Channel 3 Now" publicó erróneamente que el joven había llegado en una pequeña embarcación, un dato incorrecto por el cual luego se disculpó y tuvo que rectificar.

El líder de la extrema derecha y ex candidato a primer ministro, Nigel Farage, hizo incluso referencia al bulo sugiriendo que "se estaba ocultando la verdad" debido a que el ataque no ha sido denominado como terrorismo. El gobierno de Starmer recordó, en una conferencia que tuvo lugar el 1 de agosto, a las grandes empresas de redes sociales y a quienes las dirigen que los desórdenes violentos que se generan en Internet son un delito. Asimismo, se ha referido a los manifestantes como "la pequeña minoría descerebrada".

Según informa la BBC, los manifestantes antiinmigrantes han causado desmanes en los que tres policías fueron heridos de gravedad y tuvieron que ser trasladados al hospital. Además, diez personas han sido detenidas. Para este fin de semana se han convocado más de 25 protestas en el Reino Unido, enfocadas en la oposición al multiculturalismo, el Islam y la "inmigración masiva".

Paralelamente, se están organizando contramanifestaciones antirracistas en varios puntos, incluyendo Londres, donde coinciden con la marcha semanal a favor de Palestina y en contra de la venta de armas a Israel. La policía ha impuesto restricciones a las acciones de ambos grupos para mantener el orden y la seguridad pública.

La creciente ola de xenofobia y racismo en Reino Unido

La organización Hope Not Hate (HNH) ha informado que la mayoría de las protestas se están planificando de manera orgánica, a menudo por gente local conectada en línea con redes descentralizadas de ultraderecha. Esta interconexión en la esfera digital ha facilitado la propagación de eslóganes comunes que predominan en las movilizaciones de esta semana, como "Basta ya", "Paren las pateras" y "Salvar a nuestros niños".

Además, HNH ha detectado hasta 35 llamadas a salir a la calle con eslóganes racistas y extremistas en Inglaterra e Irlanda del Norte durante este fin de semana. Las convocatorias reflejan una creciente influencia de grupos de ultraderecha que, aprovechando la capacidad de las redes sociales para organizarse, están logrando movilizar a un número significativo de personas en múltiples localidades, aumentando así la tensión social y política en la región.