Colombia
¿Qué es el ELN y cuánto daño puede hacer a Colombia?
El experto Álvaro Villarraga asegura que esta guerrilla colombiana tiene entre 3.000 y 4.000 combatientes. Tras la disolución de las FARC, ha intentado ocupar parte de su espacio
El experto Álvaro Villarraga asegura que esta guerrilla colombiana tiene entre 3.000 y 4.000 combatientes. Tras la disolución de las FARC, ha intentado ocupar parte de su espacio
El directivo del Centro Nacional de Memoria Histórica y catedrático Álvaro Villarraga explica a LA RAZÓN quién está detrás de la guerrilla ELN de Colombia y cuál es el impacto del atentado contra una escuela de policías en Bogotá, que ha dejado al menos 21 muertos.
¿Puede describir cómo es el ELN y cuál es su situación actual?
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) es una guerrilla con 55 años de existencia, siempre con presencia en varias regiones rurales, con combatientes en su gran mayoría ubicados en zonas campesinas. Algunos que están entre los comandantes y mandos intermedios tienen una procedencia urbana. Fueron militantes de izquierda, de movimientos estudiantiles, sindicales o del ámbito comunitario y popular. La dirección del ELN lleva 20 años planteando la posibilidad de acordar la paz con el Gobierno con la exigencia de que ello se condicione a una forma de consulta y participación de la sociedad sobre las reformas que se requieren para la paz, pero esta convicción aún no es suficiente en las bases y en todos sus frentes. El ELN podría tener entre 3.000 y 4.000 combatientes, incluso ha tenido cierta expansión y reclutamiento tras el acuerdo de paz con las FARC. Entre tanto, ha incursionado en territorios que antes controlaba esa guerrilla y ahora estimula el reclutamiento campesino en esas regiones. Al igual que las demás guerrillas que han existido en las décadas recientes en Colombia, también cuentan con una importante participación de mujeres, que puede llegar como en el caso de las FARC entre un 30% o 40%.
El atentado ha ocurrido en la capital. ¿No es la guerrilla colombiana más propicia a actuar en las zonas rurales?
El conflicto armado colombiano que lleva más de cinco décadas ha sido ante todo rural, a manera de alzamiento de campesinos en varias regiones por el asunto agrario y otros, por el tratamiento militar estatal y otros factores. Nunca han prosperado en el mediano plazo las guerrillas urbanas, aunque han existido en algunas ciudades durante algunos años, pero han sido episódicas y por, lo regular, han terminado golpeadas por el Estado. Al continuar la guerra irregular con el ELN, por supuesto con mucho menos impacto del que tenían las FARC antes de su acuerdo de paz, seguirán siendo una guerrilla rural con presencia de frentes en varias regiones, con alguna capacidad de actuación y ante una fuerza pública estatal más fortalecida pero que aún no logra recuperar el control total del territorio. Recordemos que históricamente ya hicieron la paz las guerrillas del M19, el EPL, las FARC y solo resta el ELN. Por tanto, lo que tendremos será la posibilidad de acciones esporádicas de comandos urbanos pero no acciones propiamente de guerra frente a las Fuerza Militares, puesto que no tiene capacidad urbana para ello.
¿La estrategia de seguridad del presidente Iván Duque ha cambiado con respecto a la que tuvo el presidente Santos?
El presidente Santos mantuvo una estrategia de seguridad con logros significativos pero incapaz de superar de forma general la violencia guerrillera, a pesar del exitoso acuerdo de paz con las FARC, pues no logró la paz con el ELN. Tampoco superó la fase de paramilitarismo degradado y muy ligado tanto a alianzas políticas como a redes de criminalidad que se vive y que controla muchas regiones, economías ilegales y tiene formas de inserción en poderes locales y regionales. Sus resultados en cifras de seguridad sí terminaron muy positivos al cerrar la guerra con las FARC e incluso temporalmente cuando pactó una tregua bilateral con el ELN, pero débiles de conjunto en los aspectos señalados. El presidente Duque asume una política de seguridad que aún no tiene formulaciones ni resultados palpables, si bien llama a combatir la guerrilla persistente, el ELN y varias disidencias minoritarias de las FARC, y a combatir a las organizaciones narco-paramilitares, sus resultados son precarios y sus estrategias no son claras. Más aún, hay una crisis en materia de derechos humanos con el fuerte impacto del asesinato de más de trescientos líderes sociales y de casi un centenar de ex combatientes de las FARC en las zonas rurales donde se aplica precisamente el acuerdo de paz con esta ex guerrilla, con responsabilidad principal de las estructuras narco-paramilitares y de opositores a la restitución de tierras despojadas a los campesinos y de opositores a que se superen las economías ilícitas.
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