El derbi de Champions

Dinamarca
La inesperada victoria de los liberales en Groenlandia aleja a medio plazo la independencia de la isla respecto a Dinamarca, pero todo dependerá de los socios con los que pacte una coalición de Gobierno. La segunda fuerza política, Naleraq, aboga abiertamente una secesión exprés y una acercamiento comercial a EE UU.
"El enfoque que triunfe hacia la independencia dependerá en última instancia de si los demócratas deciden formar un gobierno de coalición y, de ser así, con qué partido", considera Dwayne Menezes, director de la Iniciativa de Investigación y Política Polar.
Si los demócratas "decidieran formar Gobierno con Naleraq, tendrían que acelerar su plataforma sobre la independencia y la formación de un Estado", declaró a la agencia France Presse Lill Rastad Bjørst, experta en el Ártico de la Universidad de Copenhague.
Con Naleraq, los demócratas "probablemente se enfrentarán a demandas constantes y explícitas para delinear un plan concreto para el proceso", añadió la profesora Anne Merrild de la Universidad de Aalborg.
"Podemos hacerlo de la misma manera que salimos de la Unión Europea (en 1985). Eso nos llevó tres años. El Brexit duró tres años. ¿Por qué tardar más?", declaró el martes a la AFP el líder del partido, Pele Broberg, en referencia a la salida de Reino Unido de la UE.
Pero algunos votantes y expertos han expresado su preocupación de que una ruptura apresurada con Dinamarca podría alimentar la insaciabilidad de Trump. El presidente de Estados Unidos ha insistido en que obtendrá Groenlandia "de una forma u otra", negándose a descartar el uso de la fuerza e invocando la seguridad nacional de Estados Unidos dado el creciente interés chino y ruso en la región del Ártico.
Si los demócratas formaran un Gobierno y elaboraran un plan de independencia "con los demás partidos, podrían ceñirse a su propia agenda y centrarse primero en generar crecimiento económico", explica Rastad Bjørst.
Groenlandia depende en gran medida de su sector pesquero, que representa casi la totalidad de sus exportaciones, y de los subsidios daneses anuales de más de 520 millones de euros, equivalentes a una quinta parte de su PIB.
Rastad Bjørst explicó que los políticos probablemente querían formar un gobierno rápidamente para iniciar las negociaciones con Dinamarca y Estados Unidos, que podrían proporcionar inversiones muy necesarias.
La Ley de Autogobierno de Groenlandia de 2009 permite al territorio iniciar unilateralmente el proceso de independencia. Estipula que se celebrarán conversaciones entre los gobiernos danés y groenlandés para llegar a un acuerdo. Esto tendrá que ser aprobado por el Parlamento de Groenlandia, refrendado en un referéndum en la isla y votado por el Parlamento danés.
El líder de los demócratas y futuro primer ministro, Jens-Frederik Nielsen, de 33 años, dijo después de la victoria electoral del martes que su partido estaba "abierto a negociar con todos los partidos".
"Groenlandia necesita que permanezcamos unidos, esa será la base de nuestras negociaciones", anunció en una mesa redonda televisada. También recordó dos prioridades de su campaña: "una actitud tranquila hacia Estados Unidos" y la construcción de una "base" que permita la creación de un Estado groenlandés.
Ulrik Pram Gad, investigador del Instituto Danés de Asuntos Internacionales, espera que los demócratas siguieran un camino moderado. "Seguirán presionando a Dinamarca para que haya más igualdad, pero podrían ser más abiertos a las inversiones danesas", dijo a la AFP.
Ahora que "el abrazo de Trump ha sido rechazado", dijo - refiriéndose a los resultados electorales - la tarea del nuevo Gobierno será "canalizar su interés hacia la cooperación económica".
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