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Diplomacia

Pulso en el G20 de Brasil entre las nuevas y las viejas fuerzas políticas: las claves de la cumbre y el papel de España

El anfitrión Lula da Silva quiere centrarse en el impuesto a los superricos, a lo que se niega Milei. La declaración conjunta evitará pronunciarse sobre la guerra en Ucrania y Gaza

Macron sale al balcón de la Casa Rosada junto a Milei para saludar al público Juan Ignacio RoncoroniEFE

La tensión mundial y la incertidumbre sobre la llegada de Donald Trump han rebajado las expectativas de la cumbre del G20 que comienza en Brasil, a la que acude Joe Biden como un presidente sin grandes resortes para actuar dado que cualquier medida que apoye podría ser revertida por Donald Trump cuando asume la presidencia en enero de 2025. Frente a un débil Biden, el presidente de China, Xi Jinping, será un actor central en la cumbre, que estará plagada de tensiones geopolíticas en medio de las guerras en Gaza y Ucrania.

Los expertos esperan un documento final centrado en cuestiones sociales como la erradicación del hambre (una de las prioridades de Brasil), pero nada referido a los conflictos en Oriente Medio y Ucrania. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cita, avisó que Brasil no quiere centrar los debates en las guerras. "Hice énfasis en no traer la guerra para el G20", dijo el domingo al canal Globonews el mandatario izquierdista, un aliado de Occidente que a la vez mantiene una buena relación con Putin.

Lula da Silva impulsa un nuevo impuesto global para multimillonarios, una iniciativa que España apoya. Es el principal asunto que impulsa la presidencia brasileña que incluye una iniciativa global contra el hambre y la pobreza para establecer este nuevo impuesto para los superricos. España apoya este impuesto, según confirman fuentes gubernamentales a la agencia Europa Press, que señalan que el Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado iniciativas similares a nivel nacional y por tanto lo respaldarán por coherencia y convicción. En ese sentido indican que están empujando para movilizar fuentes de financiación innovadoras que permitan cubrir las necesidades que existen para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los objetivos climáticos en los próximos años.

España apoyará esta iniciativa, pero todavía no está claro cómo va a quedar reflejada en la declaración final, algo que se negocia de forma intensa en los días previos al inicio de la cumbre porque no todos los países tienen la misma opinión sobre establecer este nuevo tributo. El entusiasmo de Trump por recortar impuestos aumentará los obstáculos a los esfuerzos de Brasil para discutir la tributación de los súper ricos.

El nuevo aliado de Trump en América Latina, el presidente argentino libertario Javier Milei, ya ha trazado una línea roja en el tema. Los negociadores argentinos se negaron a aprobar que se mencionara el tema en el comunicado conjunto de la cumbre, dijeron diplomáticos. “El gobierno argentino quiere convertir el G20 en Brasil en una prueba entre fuerzas nuevas y viejas”, dijo un funcionario brasileño. “Después de un año de negociaciones sobre impuestos y consensos, están creando problemas sobre cosas que ya habían aceptado antes, palabra por palabra”, informa el diario Financial Times.

Además del impuesto, esta iniciativa contra el hambre y la pobreza trata de poner el foco en la reducción de las desigualdades y se va a configurar posiblemente como un espacio dentro de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) de intercambio de buenas prácticas y con contribuciones financieras que están aún por detallar.

Lucha contra el cambio climático

El G20 reúne a los dirigentes de las principales economías, que representan el 85% del PIB mundial y el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En la cumbre está previsto que busquen avanzar en el financiamiento de la lucha contra el cambio climático. Brasil reafirmó el sábado que los países emergentes se niegan a contribuir al financiamiento climático, pero espera que un avance en el G20 ayude a destrabar el diálogo en la cumbre climática de Bakú, según una fuente diplomática brasileña.

Los negociadores de los 20 países participantes, más la UE y la Unión Africana, dijeron que se había distribuido un texto de compromiso para su aprobación preliminar el domingo por la noche, pero que no estaba claro si todos los países finalmente estarían de acuerdo con él.

Se espera que Xi promocione la iniciativa Belt & Road de China, el plan de expansión económica y diplomática de Pekín por todo el mundo. Brasil hasta ahora se ha negado a sumarse a esta iniciativa que promueve la infraestructura global, pero hay grandes esperanzas de que se establezcan otras alianzas industriales cuando Xi concluya su viaje a Brasil con una visita de Estado a Brasilia el miércoles. Las negociaciones comerciales en torno al G20 se verán avivadas por las preocupaciones de una escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ya que Trump planea imponer aranceles a las importaciones de China y otras naciones.

El presidente Joe Biden asistirá a la cumbre después de una parada en Lima para el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico y luego viajará a Manaos, una ciudad en la selva amazónica de Brasil. Será la primera vez que un presidente estadounidense en funciones pise la Amazonia, y el objetivo del viaje es destacar el "compromiso con la protección del medio ambiente y el respeto por las culturas locales", según un comunicado del 12 de noviembre de la Embajada de Estados Unidos en Brasil.