Rusia

Un paralelo 38 para Ucrania o cómo entender la propuesta envenenada de Putin

El presidente ruso sigue la máxima de la guerra: ofrecer una tregua desde una posición de fuerza. Y ha movido bien sus cartas

March 21, 2023, Bakhmut, Donetsk Region, Ukraine: Artillerymen from the 24th assault battalion 'Aidar' fire a 122mm howitzer D-30 into Russian positions near Bakhmut, as Ukrainian forces hold positions amid attacks. (Foto de ARCHIVO) 21/03/2023
Ucrania.- Ucrania recalca que Rusia cuenta con siete misiles por cada proyectil ucranianoEuropa Press/Contacto/Mykhaylo PEuropa Press

Después de dos años de guerra, Vladimir Putin quiere la paz y para demostrarlo está dispuesto a ceder en su plan inicial de conquistar todo Ucrania. El anuncio, si se lee en su literalidad, no puede ser más esperanzador: el Kremlin acepta por fin llegar a una solución negociada a una guerra que ha causado más de medio millón de muertos entre los dos bandos.

Aunque el iniquilino del Kremlin no lo mencione expresamente, la propuesta aspira a seguir el modelo de partición de las dos Coreas, la comunista del norte y la capitalista del sur, en torno al Paralelo 38 que divide a ambos países en la actualidad.

La fórmula, por tanto, es factible y, en muchos sentidos, un mal menor a una situación enquistada. ¿Por qué la propone ahora Moscú? Y, sobre todo, ¿cuáles son los riesgos de aceptarla? Estas son algunas claves para entender la última jugada diplomática de Vladimir Putin:

1. ¿Un paralelo 38 en Ucrania?

Cuando Putin decidió invadir Ucrania en febrero de 2022 tenía dos objetivos: por un lado, acabar con Volodomir Zelenski y colocar en su lugar a un gobierno títere al estilo de Bielorrusia y, por el otro, anexionarse el mayor número de territorios a la Gran Rusia. Este último objetivo es el mal menor y, como se pudo ver a las pocas semanas, el único posible para Rusia.

La división en dos del país, creando una frontera similar al Paralelo 38 que separó a las dos Coreas, supondría que Moscú se asegura el control sobre la zona más rusófona de Ucrania pero renunciaría a la más europeísta. Aparentemente, eso abriría la puerta a que la "Ucrania europea" ingresara en un futuro en la UE y la OTAN, uno de los objetivos de Occidente.

Sin embargo, en la práctica la propuesta que ha hecho oficialmente el Kremlin supondría consolidar las conquistas hechas por la fuerza por el país invasor y otorgar al presidente ruso una victoria a medias con una moraleja muy peligrosa: si en un futuro quiere hacer lo mismo con otros territorios, Occidente estaría dispuesto a ceder.

2. ¿Por qué esta propuesta ahora?

El motivo elegido por Putin para lanzar su propuesta de paz no es casual: en las últimas semanas ha lanzado una dura ofensiva sobre la región de Donetsk y en especial sobre la segunda ciudad del país, Jarkiv, con la que pretende dar a entender que puede conseguir por las fuerzas de las armas los territorios.

De alguna manera, Rusia está siguiendo el manual de la guerra según el cual hay que sentarse a negociar en una posición de fuerza y con la mayor parte de territorios conquistados. Así, la propuesta de paz puede verse más generosa de lo que en relidad es.

El segundo motivo que explica el "cuándo" es que se produce justo en el momento en el que Kyiv ha abanderado una Cumbre de la Paz en Suiza a mediados de junio de la que Moscú está excluido. El objetivo, por tanto, es torpedear esta cumbre antes de que se celebre y tomar la iniciativa.

3. El factor Trump en el horizonte

La tercera clave de este movimiento diplomático es la sombra más alargada que planea sobre el conflicto, la del candidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump. En los últimos meses el ex presidente ha dado muestras de que, si llega a Washington, apremiará a las partes en conflicto a poner fin a la guerra cuanto antes, lo que en la práctica supone que Ucrania recibirá aún menos armas que en la actualidad.

En ese escenario, con una Ucrania debilitada y una Rusia crecida en el frente, la opción de entregar a Moscú los territorios ya conquistados puede verse como la única alternativa posible. Putin, por supuesto, la presentará en casa como una victoria. Y para Occidente habrá supuesto una derrota en toda regla.