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Merkel optará a un cuarto mandato ante el caos global
La canciller podría igualar los dieciséis años en el poder de Kohl si sale reelegida en 2017
La canciller podría igualar los dieciséis años en el poder de Kohl si sale reelegida en 2017
El «momento» llegó ayer a las siete de la tarde. Ése al que la canciller se estuvo refiriendo en los últimos meses y con el que esquivó las continuas preguntas de los medios de comunicación sobre su posible candidatura al frente del gobierno. Tras muchas especulaciones ya es oficial. Angela Merkel se presentará a un cuarto mandato como canciller. «Quiero servir a Alemania», aseguró ayer en la sede de su partido en Berlín. «El tema no es trivial ni para el país, ni para el partido ni para mí pero estoy lista para presentarme nuevamente», apuntó la dirigente que con su comparecencia despejó todas las dudas. «En estos tiempos de incertidumbre tengo que hace valer toda mi experiencia y mi talento o de otra forma la gente no lo entendería», añadió. La canciller llevará su decisión de ser reelegida presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y de presentarse candidata para la cancillería al congreso que su partido celebrará en diciembre. «Mi objetivo es trabajar para mantener unida a la sociedad» y para ello «debemos evitar alimentar el odio», argumentó. Una decisión que para muchos era un secreto a voces y que supone un alivio para la esfera política alemana y especialmente para los miembros de la bancada conservadora que desde la llegada de Merkel no fueron capaz de encontrar un relevo apto para proyectar cierta sombra hacia la canciller. Como muestra, los altos índices de popularidad que desde su llegada a la cancillería en el 2005 se fue anotando sondeo tras sondeo y que sólo, con la crisis de los refugiados, se vieron mermados. El estancamiento de la llegada de solicitantes de asilo y sobre todo la incertidumbre causada por la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses han colocado nuevamente a la canciller en lo más alto del ranking y ya no solo dentro de la política nacional sino del conjunto de Europa. El mismo Barack Obama, durante su visita a Berlín la semana pasada, se refirió a Merkel como «la líder del mundo libre».
El periodo «más difícil»
Sus defensores fueron entonces más allá y la definieron como una garantía de estabilidad y el último baluarte de los valores democráticos de Occidente frente al ascenso de los populismos. Para muchos, la única alternativa posible o el contragolpe a Trump, pero por si hubiera dudas, casualmente o no, ayer el periódico alemán «Bild» publicó una encuesta que arroja que el 55 por ciento de los alemanes da su visto bueno a que Merkel lidere el país por una cuarta legislatura, trece puntos más que el pasado agosto.
Un porcentaje que se queda pequeño si los traspasamos a la opinión de la CDU. El 92 por ciento de sus simpatizantes apoyan la continuidad de su liderazgo. Una decisión que según la editorial que firmó ayer «Der Spiegel» en su versión digital es comprensible y lógica. Según este semanario no habría otra opción para la canciller ya que una despedida hubiera sido entendida como una huida muy negativa en estos tiempos de tormenta. Con todo, y a pesar de esta unanimidad, también se coincide en que de consumarse su reelección a Merkel le esperan unos años tremendamente duros a tenor de un horizonte protagonizado por figuras de la talla de Putin, Trump, Erdogan o incluso Marine Le Pen.
Su agenda no será fácil y tres intensas legislaturas han mermado la energía de una mujer que a sus 62 años tendrá también que lidiar desde el mismo suelo que habita con la irrupción y más que posible llegada al Bundestag de los partidos populistas o con la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE). Su decisión y su más que posible triunfo en las legislativas de 2017 coloca a Merkel ante el desafío de igualar e incluso superar las marcas en el poder de dos históricos de sus filas conservadoras, Konrad Adenauer y Helmut Kohl. De imponerse en las generales de 2017, empezará para Merkel una cuenta atrás hacia el récord de su ex mentor Kohl, con dieciséis años en la Cancillería (1982-1998). De no completar la legislatura, podría quedarse en la marca de Adenauer, el canciller fundacional de la República Federal de Alemania, con catorce años (1949-1963). En su intervención de ayer aseguró que se presentaba para terminar el mandato. Merkel está decidida a tomar el mando en estos tiempos turbulentos.
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