«Deepfake»
Meloni testificará en el juicio por la difusión de vídeos porno «deepfake» en los que aparece
La primera ministra italiana pide una indemnización por daños y perjuicios por valor de 100.000 euros
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, comparecerá el 2 de julio ante un tribunal de Cerdeña tras denunciar a dos hombres por la presunta fabricación y difusión de un vídeo pornográfico falso en el que aparecía la imagen manipulada de la mandataria italiana a través de un programa de inteligencia artificial. La abogada de la jefa del Ejecutivo italiano solicitó una indemnización de 100.000 euros por difamación.
Los hechos se remontan a cuatro años atrás, cuando Meloni no estaba aún al frente del Gobierno. Los presuntos autores del delito son dos hombres de 73 y 40 años, padre e hijo respectivamente, procedentes de la provincia de Sassari, en la isla de Cerdeña. Según la acusación, los imputados colocaron el rostro de la líder de Hermanos de Italia sobre los cuerpos de unas actrices porno utilizando un programa de inteligencia artificial y difundieron las imágenes a través de varias páginas de Internet de Estados Unidos con contenido para adultos. Los vídeos, considerados como «publicaciones de marcada vulgaridad», fueron vistos «millones de veces» en todo el mundo durante los meses que permanecieron en línea.
La primera ministra, que se presenta al proceso como parte civil, fue convocada a declarar ante el tribunal el próximo 2 de julio. La abogada de la mandataria italiana, Maria Giulia Marongiu, solicitó una indemnización de 100.000 euros para su defendida en concepto de daños y perjuicios para su imagen. Una petición que, según explicó la letrada en una audiencia previa, tiene el objetivo de lanzar «un mensaje dirigido a todas las mujeres víctimas de este tipo de abusos para que no tengan miedo a denunciar». En caso de ganar el proceso, la indemnización será donada al fondo del Ministerio del Interior para las mujeres víctimas de violencia en Italia.
Según la prensa italiana, los hechos se remontan a 2020, cuando la Policía Postal de Sassari abrió una investigación y consiguió llegar hasta quienes habían publicado los vídeos en Internet. A través del nickname del autor de la publicación, rastrearon el número de teléfono del que se habían originado los datos y así pudieron identificar a los presuntos autores de la estafa. Según la acusación de la Fiscalía, el hombre de 40 años habría sido el responsable de modificar los vídeos pornográficos a los que añadió la imagen de Meloni a través de un software específico. Mientras, su padre está imputado por ser el propietario de la línea telefónica utilizada para la publicación de los vídeos.
El abogado de los imputados, Maurizio Serra, solicitó la libertad condicional para el padre. Según la prensa local, el letrado rechazó la solicitud de la abogada de la primera ministra para que Meloni no tuviera que comparecer ante el tribunal alegando que el testimonio de la jefa del Ejecutivo era necesario para la defensa de sus clientes.
La noticia se conoció justo unos días más tarde de que las redes sociales de Meloni fueran víctimas de un ciberataque «que puso en riesgo la seguridad nacional», según el diario La Repubblica. «El perfil oficial en Instagram de Giorgia Meloni ha sido hackeado», confirmó más tarde Palazzo Chigi, sede de la presidencia italiana. El ataque consistió en una imagen publicada en la cuenta de la primera ministra en la que comparte un falso perfil de Elon Musk y una publicidad de las criptomonedas. Al parecer, los responsables de la estafa violaron primero las redes sociales de uno de los colaboradores de Meloni y, a través de éste, accedieron a la cuenta en Instagram de la primera ministra. El contenido permaneció publicado apenas unos minutos.
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