Meloni lleva a Albania a 49 migrantes interceptados cuando trataban de llegar a Italia

Un buque de la Marina militar italiana llegó este martes al puerto albanés de Shenjin con 49 migrantes a bordo, que habían sido interceptados al sur de la isla de Lampedusa mientras intentaban alcanzar las costas de Italia. Se trata del tercer intento de Giorgia Meloni de enviar a los inmigrantes irregulares rescatados en el Mediterráneo a los centros construidos en Albania por su Gobierno, a pesar del rechazo hasta en dos ocasiones de la Justicia transalpina a su polémico plan.

Los 49 migrantes, el grupo más numeroso hasta la fecha enviado a Albania, proceden de Bangladés, Egipto, Gambia y Costa de Marfil, y serán traslados en las próximas horas al centro de identificación y expulsión construido en Shenjin gracias al acuerdo entre la primera ministra y su homólogo albanés, Edi Rama. En este centro, una antigua base militar de la CIA con capacidad para 3.000 personas, esperarán la respuesta a sus solicitudes de asilo, una decisión que puede tardar hasta dos días en llegar.

La patrullera Cassiopea se encontraba desde hace algunos días en aguas cercanas a la isla italiana de Lampedusa, donde en las últimas semanas se han intensificado las llegadas de migrantes irregulares hasta alcanzar los 1.264 desembarcos en seis días. “Después de examinar las condiciones de las personas interceptadas, 49 extranjeros fueron embarcados para ser trasladados a los centros de Albania, donde se realizarán los procedimientos de recibimiento, retención y evaluación de cada uno de los casos”, señaló el Ministerio del Interior en un comunicado, en el que también indicó que otras 53 personas presentaron sus pasaportes voluntariamente para evitar ser trasladadas a Albania, un país que no pertenece a la Unión Europea.

El Protocolo Albania-Italia contempla que sólo los hombres mayores de edad en buenas condiciones de salud y procedentes de países seguros rescatados por las autoridades italianas en el Mediterráneo puedan ser trasladados al país balcánico.

Los centros comenzaron a operar en octubre, pero la justicia italiana se pronunció contra la detención del primer grupo enviado a Albania y obligó a devolverlos a Italia. Los magistrados basaron su decisión en una sentencia europea, que asegura que un país no puede considerarse seguro si no lo es en todo su territorio y para todas las personas. El Gobierno reaccionó aprobando un decreto 'express' que blindó la lista de países considerados seguros para sortear las lagunas legislativas.

En noviembre, el Tribunal de Roma rechazó de nuevo la decisión de retener a un segundo grupo de migrantes en Albania y pidió al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que aclare si debe prevalecer lo dispuesto en el último decreto del Gobierno o la sentencia anterior emitida por la Corte europea. Más tarde, el Tribunal Supremo dictaminó que los jueces no pueden “reemplazar” al Ministerio de Asuntos Exteriores sobre qué países son seguros, pero reconoció su derecho a no aplicar las instrucciones del Gobierno si, en casos específicos, un estado no es seguro para una persona migrante en particular. Desde entonces los centros habían permanecido vacíos y la mayoría del personal había regresado a Italia.

A pesar de las dificultades a las que se ha enfrentado Meloni para hacer funcionar su plan para gestionar la inmigración irregular, la primera ministra aseguró recientemente que no tiene intención de renunciar. Después del último varapalo judicial, el Ejecutivo modificó la legislación para que a partir de ahora sean los jueces del Tribunal de Apelación de la capital italiana y no un tribunal administrativo de Roma quien decida sobre si convalidar las detenciones. Por lo tanto, los jueces tendrán que pronunciarse ahora sin conocer aún la interpretación definitiva del Tribunal de Justicia Europeo sobre el concepto de países seguros, que se espera para finales de febrero.