Frente republicano
El extremismo de Mélenchon frena a la izquierda francesa
El Nuevo Frente Popular retirará de la segunda vuelta a sus candidatos que quedaron en la tercera posición
- Le Pen acaricia el poder tras ganar las legislativas en Francia
Sin sorpresas y tal como habían pronosticado todos los sondeos, el Nuevo Frente Popular, la alianza de izquierdas formada por socialistas, comunistas, ecologistas e insumisos, llega en segundo lugar con un porcentaje aproximado de 28% de los votos en primera vuelta, un 5% por debajo de la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional (RN). Según las primeras proyecciones, el bloque podría conquistar entre 115 y 145 escaños en la Asamblea Nacional, una cifra que se sitúa muy lejos de la necesaria para obtener la mayoría relativa y aún mas lejos de la mayoría absoluta, fijada en 289 escaños, es decir, la mitad de los 577 que conforman la Cámara baja del Parlamento. Los resultados de primera vuelta proyectan que el partido de Marine Le Pen podría obtener cómodamente entre 260 y 310 escaños.
El primero en pronunciarse por el Nuevo Frente Popular fue Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema izquierda y manzana de la discordia para formar alianzas con otros partidos. «No habrá ni un voto más, ni un escaño más para Reagrupamiento Nacional», declaró enérgico Mélenchon. «Vamos hacia una segunda vuelta de una intensidad excepcional y pido una mayoría absoluta para el Nuevo Frente Popular porque es la única alternativa». Mélenchon prometió también plegarse a la estrategia del «désistement» , es decir, en las circunscripciones donde se disputen escaños entre tres candidatos, la izquierda estaría dispuesta a retirar el suyo si no es el mejor posicionado para vencer a la extrema derecha. «En ninguna parte permitiremos que gane Reagrupamiento Nacional. Y por eso, en caso de que llegue en primer lugar y nosotros en tercero, retiraremos nuestra candidatura», zanjó Mélenchon.
¿Qué le queda al Nuevo Frente Popular? Formar alianzas con la bancada del presidente Emmanuel Macron. Las matemáticas no mienten: la lista presidencial, a pesar de haber llegado en tercer lugar, obtuvo un 22% de los votos que resulta útil y apetitoso a la hora de buscar aliados. Las proyecciones apuntan a que la bancada de Macron podría hacerse con 90 a 120 diputados. Si se suman estos números a los del Nuevo Frente Popular (115 a 145 escaños) todavía se podría aspirar a una mayoría parlamentaria que frene a la extrema derecha. En este caso, la izquierda unida aún puede soñar con una coalición que le permita gobernar pronto.
Por su parte, el partido de Le Pen se verá en dificultades para formar nuevas alianzas más allá de la que ya ha sellado con una parte de la derecha tradicional, dirigida por Eric Ciotti. Sus resultados son buenos pero su crecimiento tiene un techo. Aunque el macronismo parecía estar renuente a sellar una alianza con el Nuevo Frente Popular a causa de la presencia de La Francia Insumisa (LFI) en el bloque, este domingo el presidente Macron llamó a una «amplia movilización, claramente democrática y republicana, para la segunda vuelta contra la extrema derecha». «La alta participación en la primera vuelta de estas elecciones legislativas atestigua la importancia de este voto para todos nuestros compatriotas y el deseo de clarificar la situación política. Su elección democrática nos obliga», reconoció el presidente de la República, sin llamar claramente a votar por la alianza de izquierdas.
A nivel de imagen, el Nuevo Frente Popular parece tener una buena acogida: según el estudio de opinión del Instituto Odoxa, la mayoría de los votantes de izquierdas –un 77%– piensa que el Nuevo Frente Popular goza de una imagen «muy buena». Confían en la capacidad del partido para «mejorar la vida de la gente» a través de medidas defendidas durante su campaña, como el regreso de la edad de jubilación a los 60 años en 2027, el aumento del salario mínimo a 1.600 euros netos, la imposición fiscal a las grandes fortunas, el desarrollo de la policía de proximidad y la acogida de inmigrantes. Además, el 65% de los encuestados no considera que el bloque se sitúe en la extrema izquierda, como señalan sus detractores. El Nuevo Frente Popular comienza una carrera cotrarreloj: tiene sólo una semana para negociar alianzas, limpiar la imagen de extremista que proyecta La Francia Insumisa y lanzarse a una nueva batalla –la decisiva– contra la extrema derecha.
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