Moscú
Medvédev endosa a Saakashvili la responsabilidad por la guerra ruso-georgiana
El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, endosó hoy al presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, toda la responsabilidad por la guerra ruso-georgiana en vísperas del quinto aniversario del estallido del conflicto, que se recuerda el próximo día 8.
La guerra, que tuvo una duración de cinco días y terminó con la victoria de las armas rusas, fue "error de determinados dirigentes del país (Georgia) que degeneró en un crimen", dijo Medvédev en una entrevista al canal de televisión ruso RT, que emite en varios idiomas.
Así calificó el jefe del Gobierno ruso, que al momento del estallido del conflicto ejercía la jefatura del Kremlin, la irrupción de las tropas georgianas en la región separatista de Osetia del Sur ordenada por Saakashvili.
Agregó que no fue una guerra "entre los países y menos aún entre los pueblos de Rusia y Georgia, sino una operación para imponer la paz que tenía fines absolutamente locales".
Medvédev insistió en que las acciones de las tropas rusas, que llegaron a estar a tiro de cañón de Tiflis cuando se firmó el acuerdo de alto el fuego, tenían como único fin defender a la población civil y a los militares rusos que encontraban en Osetia del Sur.
Fuentes rusas indicaron que en los cinco días de conflicto, que Moscú siempre llamó "operación para imponer la paz", el ejército georgiano sufrió unas 3.000 bajas mortales, casi diez veces más de las admitidas por Georgia.
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, un total de 64 efectivos rusos murieron en el conflicto, cifra que Georgia elevó a más de 400.
En la entrevista de hoy, Medvédev salió al paso de las denuncias de Saakashvili de que el objetivo de Rusia en la guerra de 2008, además de anexionar Osetia del Sur y Abjasia, otra región separatista georgiana, era apartarle poder e incluso eliminarlo físicamente.
"Como comandante supremo nunca ordené (a las tropas) entrar en Tiflis, cambiar allí el régimen político y ajusticiar a Saakashvili", dijo el primer ministro.
Recalcó que él mismo tomó las decisiones militares en su condición de jefe del Estado y recordó que Vladímir Putin, el actual presidente ruso y jefe del Gobierno a la sazón, se hallaba en China cuando estalló el conflicto.
"No combatimos con Georgia. Necesitábamos defender los intereses de Rusia. Su destino personal (de Saakashvili) nunca me interesó. Siempre partí de la base de que su suerte la determinaría el pueblo georgiano", subrayó Medvédev.
Destacó, en ese sentido, que Georgia ya emitió su veredicto: el partido de Saakashvili, el Movimiento Nacional Unificado, sufrió una derrota aplastante en las elecciones parlamentarias celebradas el año pasado, las primeras desde 2008.
Después de la guerra, Rusia reconoció las independencias de las de Osetia del Sur y Abjasia, que se habían escindido de facto de Georgia a comienzos de la pasada década de los 90 tras sendos conflictos armados.
Georgia, a su vez, rompió relaciones diplomáticas con Rusia y abandonó la postsoviética Comunidad de Estados Independientes.
"Estamos dispuesto a restablecerlas (las relaciones diplomáticas) con algunas condiciones, que son sencillas: reconocer lo que ocurrió", dijo Medvédev, en alusión a que Georgia debe admitir que atacó a Osetia del Sur y, con lo mismo, desencadenó la guerra.
El primer ministro ruso se mostró convencido de que Rusia y Georgia superarán la "página más triste"de sus relaciones y que ésta "quedará en el pasado con la desaparición de la arena política de Saakashvili y otras personas involucradas en la toma de la decisión criminal"de atacar Osetia del Sur.
Destacó que las nuevas autoridades de Georgia tienen una posición más pragmática, lo que ayudará al restablecimiento de los nexos entre ambos países.
Medvédev aludía al Gobierno que encabeza el primer ministro Bidzina Ivanishvili, que en virtud de una reforma a la Constitución de Georgia se supedita exclusivamente al Parlamento.
La modificación constitucional, que entró en vigor el año pasado, dejó prácticamente sin atribuciones al presidente de Georgia, cargo que Saakashili debe abandonar en octubre de este año.
A la pregunta de si cree posible la reunificación de Osetia del Sur, Abjasia y Georgia, el primer ministro ruso contestó que ello dependerá de la voluntad de sus pueblos.
"Quisiéramos que vivan en paz. Sus relaciones son asunto de ellos y no vamos a influir en esos procesos. Pero nosotros, desde luego, vamos a defender los intereses nacionales de Rusia", puntualizó.