
Guerra en Ucrania
María José Pérez, especialista en política exterior rusa: "EE UU está haciendo el papel de garante de los intereses rusos"
La profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense ha analizado las implicaciones del alto el fuego en el mar Negro entre Rusia y Ucrania

El mar Negro se ha convertido en el protagonista de las negociaciones que tuvieron lugar a principios de semana en Riad entre las delegaciones de Estados Unidos, Ucrania y Rusia. Tras tres días de reuniones bilaterales, la Casa Blanca publicó dos comunicados, confirmando un cese de las hostilidades en el mar Negro, que estaría sujeto a condiciones.
Los escritos recogían que para garantizar "una navegación segura", EE. UU. se comprometería a "restablecer el acceso de Rusia al mercado mundial de exportaciones agrícolas y de fertilizantes, reduciría los costos de los seguros marítimos y mejoraría el acceso a los puertos y a los sistemas de pago para este tipo de transacciones". Mientras que en el caso de Ucrania, Washington prometía colaborar con el país agredido para "lograr el intercambio de prisioneros de guerra, la liberación de detenidos civiles y el retorno de los niños ucranianos trasladados a la fuerza".
Apenas unas horas después del anuncio, surgieron las primeras discrepancias. En un nuevo comunicado, el Kremlin condicionó la entrada en vigor del acuerdo al levantamiento de las sanciones occidentales sobre el sector agrícola ruso. Una exigencia de la que, al parecer, Zelenski no estaba al tanto, ya que aseguró que tenía entendido que el pacto comenzaría a aplicarse inmediatamente después del anuncio de EE. UU.
Los interrogantes sobre su implementación se agudizaron incluso más tras conocerse que a las pocas horas se produjeron nuevos ataques en el mar Negro de los que Kiev y Moscú se han acusado mutuamente. Está por verse si finalmente ambas potencias ponen en práctica la que hasta ahora parece una tregua muy frágil, y que podría ser un primer paso para la consecución de una paz duradera.
"La única solución es un acuerdo de paz"
María José Pérez, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid y especialista en política exterior rusa, ha analizado para LA RAZÓN algunos de los aspectos clave en este alto el fuego.
Pregunta: ¿Por qué es tan importante el Mar Negro en la guerra de Ucrania?
Respuesta: El mar negro ya era muy importante para Rusia antes de la guerra. En Crimea estaba la sede de la base naval más importante de Rusia, por eso ha sido objeto de tantos ataques durante estos años de guerra, hasta el punto que ha obligado a Rusia a trasladar gran parte de su flota naval a una nueva base militar en Abjasia, protegida de los drones marítimos ucranianos.
El mar Negro es una ruta comercial y militar vital para Rusia. Le permite salir al Mediterráneo, controlar las conducciones energéticas del Cáucaso que llegan a Europa y a Turquía, la conexión con otras bases navales rusas, como la situada en Siria, lanzar ciberataques contra los países ribereños miembros de la OTAN, ejercer el contrapeso al tradicional poder de Turquía en dicho mar...
Por otro lado, es también un mar vital para Ucrania, que ha perdido gran parte de sus puertos del centro y oeste de la costa, controlados y ocupados por Rusia. Tiene el puerto de Odesa (...) que le permitirá continuar con las exportaciones de grano, pero, la presión rusa sobre Jergón, Odesa y Mykolaiv está condenando la salida al mar de Negro de Ucrania. Incluso aunque se alcance un acuerdo de paz, el mar negro seguirá siendo un mar militarizado e inestable por la proliferación de actores, incluida la OTAN, e intereses que hay en la zona.
P: ¿Qué está en juego en este alto el fuego?
R: Los resultados de estas negociaciones nos indican la preeminencia de los intereses rusos, protegiendo las infraestructuras energéticas y el mar Negro, donde Ucrania le ha ocasionado graves daños. De momento, Rusia ha conseguido, en el acuerdo del martes 25 de marzo, el compromiso y ayuda de EE. UU. a recuperar las exportaciones agrícolas y de fertilizantes y el levantamiento al principal banco agrario ruso, que se volvería conectar al sistema SWIFT. De hecho, esto implicaría un levantamiento parcial de sanciones, con el respaldo y la colaboración de Estados Unidos.
P: ¿Por qué le interesa a EE. UU. un cese temporal de las hostilidades?
R: Para EE. UU., estas negociaciones no solo representan una baza diplomática, sino también económica y energética. Por un lado, pueden atraer a Rusia hacia EE. UU., (lo que supone) un cierto alejamiento de China. Por otro lado, (cuenta con) intereses minerales, energéticos, etc. en Ucrania. También (está presente) la posibilidad de una explotación conjunta ruso-norteamericana del Nord Stream (...).
P: ¿Europa levantará las sanciones que mantiene impuestas a Rusia?
R: Creo que la postura y las nuevas iniciativas de la UE están lejos de considerar el levantamiento de sanciones a Rusia. Ahora bien, si realmente se alcanzara un acuerdo de paz -que no es lo mismo que un alto el fuego temporal-, con el que Ucrania obtuviera una mínima satisfacción, la UE tendría que reconsiderar su postura económica, sancionadora y militar.
P: ¿Este acuerdo será la antesala de un alto el fuego definitivo?
R: Estas negociaciones serán previsiblemente muy largas, si no se rompen. El alto el fuego, de facto, implicaría una congelación del conflicto. La única solución sería un acuerdo de paz, pero eso está aún lejos. No olvidemos que Rusia exige una serie de reclamaciones territoriales y militares, de momento, a Ucrania, y las negociaciones aún no han abordado esos puntos tan delicados. Rusia va tejiendo un mapa negociador muy hábil, vinculando sus escasas concesiones a las grandes cesiones que todos los demás actores tendrán que hacer, en relación con las sanciones internacionales. Estados unidos está haciendo el papel de garante de los intereses rusos.
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