
Guerra en República Democrática del Congo
El M23 toma la capital de Kivu Sur sin encontrar resistencia
El ejército congoleño y las autoridades civiles abandonaron la ciudad antes de que se acercara el grupo rebelde.

El grupo rebelde conocido como M23 entró este viernes en la ciudad de Bukavu, capital de la provincia de Kivu Sur (República Democrática del Congo). Lo hizo sin encontrar resistencia, paseando, sin pegar un tiro, apenas dieciocho días de tomar Goma, capital de Kivu Norte. Durante las primeras horas de la mañana se informó de que las fuerzas del ejército congoleño habían comenzado a evacuar la ciudad para “evitar un derramamiento de sangre”, según fuentes locales, y con ellos huyeron las autoridades civiles.
La victoria del M23 sobre el ejército congoleño ha sido arrasadora. Si han tardado dieciocho días en tomar una ciudad después de la otra, esto no sería por la resistencia mostrada por las fuerzas gubernamentales, sino porque no sería hasta la semana pasada que iniciaron la ofensiva, tras descansar el tiempo oportuno después de tomar Goma. El jueves se hicieron con el control de la localidad de Kalehe (donde encontraron una mayor resistencia), situada 64 kilómetros de Bukavu; en el mediodía del viernes ya ocupaban el aeropuerto de Kavumu, a 45 kilómetros de la capital de Kivu Sur, tras una breve escaramuza. Cinco horas después ya circularon las primeras imágenes de los combatientes del M23 en el interior de Bukavu.
A falta de autoridades presentes en la ciudad hasta que entraron los primeros rebeldes, se reportó una fuga de la prisión central de Bukavu. Un detalle que trae un sabor a déjà vu, desde que también ocurrió hace tres semanas una fuga masiva en la prisión de Goma.
Las tropas internacionales apostadas en la ciudad tampoco han ofrecido resistencia, contrariamente a lo ocurrido durante la toma de Goma hace tres semanas; entonces, soldados sudafricanos, tanzanos y malauíes combatieron del lado del ejército congoleño en un vano intento por frenar el avance del M23. No son pocos los congoleños que consideran ante esta retirada sin precedentes que el gobierno congoleño “ha vendido” Bukavu y la provincia de Kivu Sur a los rebeldes. Lo que no entienden es por qué. Su presidente dijo que lucharían por Bukavu, igual aseguró que el gobernador de la provincia; tras la derrota de Goma, un generoso número de militares congoleños huyeron a Bukavu en lo que calificaron como una “retirada táctica” para ofrecer una nueva resistencia en la capital de Kivu Sur.
El gobernador huyó con todos sus asesores y ayudantes. Fuentes sobre el terreno llevan toda la semana informando a este periodista sobre deserciones masivas de militares congoleños acantonados entre Kalehe y Bukavu, militares que se han entregado al saqueo de negocios pero también a las violaciones de mujeres que, teóricamente, debían defender. Violaciones y saqueos que no se detenían hasta la aparición de los rebeldes.
Mientras el M23 entraba hoy en la ciudad de Bukavu, el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, se encontraba fuera del país, en Múnich, donde acudió a la Conferencia de Seguridad para hacer un llamamiento donde apeló a la “responsabilidad” de la comunidad internacional a la hora de hacer frente a la agresión que sufre República Democrática del Congo. En su discurso, el mandatario congoleño dijo que “esta guerra no es un simple conflicto interno ni una disputa histórica. Es una agresión caracterizada, una violación flagrante de nuestra soberanía, un intento deliberado de desestabilización motivado por ambiciones expansionistas y económicas”, aunque añadió a un nuevo culpable de sus fracasos: su predecesor en la presidencia, Joseph Kabila. En palabras textuales de Tshisekedi: “el verdadero patrocinador [del M23] es Joseph Kabila”. Una declaración chocante, si se considera que hace tres años que el presidente congoleño asegura que Paul Kagame, presidente de Ruanda, es el patrocinador del M23.
Joseph Kabila tiene su protagonismo en esta historia, aunque cuesta creer que siga el guión exacto que marcó Tshisekedi en Múnich. La primera rebelión del M23, ocurrida en 2012, tuvo lugar durante el gobierno de Kabila, precisamente como respuesta a una serie de desavenencias surgidas entre el expresidente y antiguos integrantes de un grupo rebelde congoleño ya extinto, el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP). Estos antiguos miembros del CNDP fueron quienes crearon el M23; que el actual mandatario acuse a su predecesor de ser el valedor del mismo grupo al que se enfrentó en el pasado, de ser cierto, supondría un extraño giro de los acontecimientos en lo referente al M23 y la realidad que gravita en torno al grupo rebelde.
Tras la toma de Goma hace dieciocho días, uno de los líderes de la coalición rebelde, Corneille Naanga, anunció que no se detendrían hasta conquistar la capital congoleña. Kinshasa se encuentra situada a más de 1.000 kilómetros del teatro de operaciones actual y un escenario donde la amenaza de Naanga se convierta en realidad parecía una ficción. Sin embargo, la facilidad con que han avanzado los rebeldes en los últimos días hace temer que sus declaraciones no sean una bravuconada. Crece el temor de una incursión hacia la capital; o, en cualquier caso, de que el gobierno de Tshisekedi llegue a su fin como resultado de su incapacidad de hacer frente a un enemigo muy inferior en términos numéricos. Y el M23 controla desde este domingo toda la orilla congoleña, de extremo a extremo, del lago Kivu.
✕
Accede a tu cuenta para comentar