Revueltas en Turquía
Los turcos ignoran la represión y votarán en masa
Turquía elige mañana nuevo Parlamento en medio de una persecución sin precedentes contra la Prensa independiente y la oposición kurda.
En los días previos a las elecciones de este domingo en Turquía, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan multiplica toda una serie de operaciones intimidatorias contra los medios de comunicación ajenos a su partido, el islamista Justicia y Desarrollo (AKP), y contra la oposición en un intento a la desesperada de obtener la mayoría en el Parlamento. El Gobierno turco cerró este jueves dos canales de televisión e impidió la circulación de dos diarios, todos críticos con el AKP, después de que un tribunal nombrara un administrador estatal para sustituir la gestión del Grupo Koza Ipek Holding. El Ejecutivo acusa a la Prensa privada de respaldar al clérigo Fethullah Gulen, exiliado en Estados Unidos y considerado promotor de un supuesto Estado paralelo y de financiar actividades terroristas. El cierre de los dos diarios independientes coincide con la inclusión de Gulen en la lista pública de terroristas más buscados, junto al líder del PKK, Cemil Bayik.
La presión contra los medios críticos ensombrece estas cruciales elecciones y la relación con la UE, en tanto que Ankara es candidata a ingresar en el club comunitario. «Turquía, como cualquier país que negocie su pertenencia a la UE, tiene que garantizar el respeto a los derechos humanos, incluida la libertad de expresión, en línea con la convención europea de derechos humanos», señaló la portavoz de Exteriores Catherine Ray
También el ascenso del Partido Democrático del Pueblo (HDP, aliado de los kurdos) en las pasadas elecciones del mes de junio se ha convertido en el principal obstáculo de Erdogan, que busca cambiar la Constitución para implantar un sistema presidencialista. Tras el fracaso electoral del AKP, el presidente ha llevado al extremo las políticas de seguridad y represión contra los kurdos. Erdogan acusa a la formación pro kurda de estar vinculada a «los terroristas del PKK». Los ataques a la guerrilla independentista del PKK no permitirán a la izquierda continuar su lucha por la independencia de 15 millones de kurdos en un país de 78 millones de habitantes.
El Ejecutivo que se forme tras la consulta deberá actuar como actor clave para el mantenimiento de la paz con el PKK y las regiones en conflicto en Oriente Medio. No obstante, será difícil para Erdogan salir del estancamiento de la política actual tras las elecciones.
Se espera que la participación en las elecciones de mañana será la más alta en muchos años, según los sondeos que recogió ayer el diario «Hürriyet», a pesar de que apenas ha habido mítines ni otras actividades de campaña. Esa participación alcanzará entre el 84 y el 86 por ciento del electorado, según el instituto Metropoll, o incluso el 91, según la empresa de sondeos Konda. Ya en los comicios del 7 de junio, un 83,9% del electorado acudió a las urnas, incluido casi un millón de turcos residentes en el extranjero que pudieron votar por primera vez. Pero esta subida de participación no beneficiará a ningún partido, ya que se reparte de forma equitativa entre seguidores de todas las ideologías.
Así, las urnas darán lugar probablemente a un Parlamento muy similar al salido de las elecciones de junio, cuya composición, sin mayoría absoluta, forzó a convocar elecciones anticipadas al no llegar los partidos a ningún pacto para formar gobierno. Según los últimos sondeos, el AKP lograría el 40,6% de los votos; los conservadores, el 16%; su rival histórico, el Partido Republicano del Pueblo (CHP)el 27%; y el HDP, 13%.