El Estado Islámico, el Daesh, habría utilizado por segunda vez en Europa, en caso de confirmarse que lo ocurrido en Berlín es un atentado terrorista, la estrategia criminal de lanzar un camión contra un lugar muy concurrido, como hizo el pasado mes de julio en Niza. Además, también se confirmaría que las fiestas navideñas, por su esencia religiosa del cristianismo, son objetivos de esta banda.

En una de sus publicaciones, el «Rumiyah» («Roma» en árabe, en referencia a la conquista de la ciudad que alberga el Vaticano), los cabecillas recomendaban el uso de camiones de gran tonelaje por su capacidad de «cosechar» (sic) grandes cantidades de víctimas si se utilizan «adecuadamente». «Esto –agregaban– se demostró magníficamente en el ataque lanzado por el terrorista Mohamed Lahouaiej Bouhlel, que viajó a la velocidad de aproximadamente 90 kilómetros por hora, con su vehículo de carga de 19 toneladas, en Niza, el Día de la Bastilla. Hay que sumergirse a gran velocidad en una gran concentración de infieles, destrozando sus cuerpos. Con el marco exterior del vehículo, avanzando hacia adelante, aplastando sus cabezas, torsos y extremidades». El «hermano» Mohamed asesinó en aquella ocasión a 84 personas, diez de los cuales eran niños, y causó 50 heridos.

La brutalidad de la banda yihadista, demostrada desde su fundación en 2014, no tiene límites y, recientemente, algunos de sus dirigentes expresaban su deseo de acabar con la vida de 500 millones de personas en Europa con armas de gran poder letal.

Para los terroristas, los camiones «son como cuchillos y extremadamente fáciles de adquirir. Pero, a diferencia de las armas blancas, que pueden ser motivo de sospecha si las encuentran en nuestro poder, los vehículos no representan ese problema debido a su uso generalizado en todo el mundo», tal y como publicó LA RAZÓN en su edición del pasado día 3 de diciembre. «El uso de un camión –agregaban– es uno de los métodos más completos de ataque, ya que presenta la oportunidad del terror justo para cualquier persona que posea la habilidad de conducir un vehículo».

«Es una de las más seguras y fáciles armas que se pueden emplear contra los infieles, uno de los métodos de ataque más letales y de mayor éxito».