Elecciones en Italia
La mutación permanente del M5E ante su gran oportunidad perdida
Son tantos los cambios de paso que ha dado el Movimiento 5 Estrellas (M5E) desde su irrupción en las elecciones de 2013, que sería casi inexplicable que no se produjera una última mutación en esta crisis. Tras varios días agitando la bandera anarquista contra el veto del presidente, Sergio Mattarella, el joven Luigi Di Maio volvió ayer a vestirse de hombre de Estado y recuperó la colaboración con las instituciones.
El líder «grillino» reconoció que se había equivocado con el espantajo imposible de la recusación al jefe del Estado. Abandonó esta iniciativa y se reunió en el Quirinal para tratar de reconducir la situación. Por una parte, recuperó la imagen de responsabilidad que quiso transmitir los meses previos a las elecciones; y por otra, dejó que fuera su socio, Matteo Salvini, quien cargara con el muerto de romper la alianza al no aceptar un pequeño paso atrás. El M5E se ha quemado más de la cuenta en estas dos semanas en las que ha compartido cama con la ultraderecha. Sus bases querían un pacto con la Liga Norte, pero se calcula que un tercio de los votantes del partido antisistema se consideran de izquierdas y el acuerdo «podría pasarles factura en esa parte de su electorado», prevé Lorenzo Pregliasco, de Youtrend.
Además, el M5E arrastraría la percepción de que con un gran resultado electoral (33% de los votos) no sería capaz de sellar una alianza que les permita gobernar, olvidada ya su promesa de que no pactarían con otros «partidos tradicionales». Unos condicionantes que les harían caer hasta el 29%, según las últimas encuestas, que pronostican trasvase de votos a Salvini.
El tono patriota de Di Maio al pedirle esta semana a los italianos que colgaran una bandera nacional en sus balcones como protesta al boicot a su Gobierno fue otro paso en falso. Incluso el fundador del movimiento, el cómico Beppe Grillo, se lo habría reprochado.
Aprovechando que la oleada de protesta europea viene empujada por vientos de ultraderecha, el M5E se ha escorado tanto a posiciones soberanistas que coquetea en algunos temas con estas corrientes. «También el centro izquierda tiene parte de responsabilidad por querer formar un cinturón de seguridad contra ellos y no abrir siquiera el debate», señala el profesor Michele Prospero. Una posición que comparten líderes como Pier Luigi Bersani.
Por eso, en un partido camaleónico como el M5E, la última estrategia podría ser volver a los orígenes más izquierdistas. El liderazgo de Di Maio quedará cuestionado. Espera su turno, el ex diputado Alessandro Di Battista, azote en las manifestaciones y uno de las pocas figuras que se mantienen desde el embrión del movimiento.
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