Golpe a Wagner
El Kremlin niega su implicación en la muerte de Prigozhin y ata en corto a Wagner
Putin firma un decreto que obliga a los mercenarios a jurar lealtad y fidelidad a Rusia
El Kremlin ha desmentido este viernes su implicación en el asesinato del líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin. El oligarca murió en la tarde del miércoles a las afueras de Moscú tras el derribo del avión en el que viajaba junto a otras nueve personas, entre las cuales se encontraba su lugarteniente, el comandante wagnerita Dmitri Utkin. «Es una mentira absoluta, hay que abordar esta problemática basándose en los hechos», sentenció en su comparecencia de prensa diaria el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al ser preguntado por las especulaciones de los líderes de los países occidentales sobre la participación en el incidente del presidente Vladimir Putin.
El líder ruso rompió su silencio pasadas 24 horas del accidente aéreo que acabó con la vida de Prigozhin y descabezó de un solo golpe al grupo de mercenarios. El oligarca había protagonizado dos meses antes «la marcha de la justicia» hacia Moscú, un levantamiento armado contra la cúpula del Ejército por el rumbo que estaba tomando la denominada «operación militar especial» en Ucrania, en la que había sacrificado a cientos de sus mercenarios, especialmente en la toma de la ciudad arrasada de Bajmut.
En la antesala de su encuentro con Denis Pushilin, el jefe de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Putin no escatimó en elogios hacia quien fuera el jefe de su servicio de cátering. «Era una persona de talento, un hombre de negocios de talento», reconoció el presidente ruso. «Logró los resultados que necesitaba para sí mismo y cuando se lo pedí para la causa común, como en estos últimos meses». Pero puntualizó, en un tono frío y calculador, que era «un hombre de destino difícil» y que había cometido «graves errores en su vida».
«Hay mucha especulación en torno al accidente de avión y la trágica muerte de los pasajeros, incluido Yevgueni Prigozhin, y ya sabemos en qué sentido se especula en Occidente», deslizó Peskov. El portavoz evitó confirmar la asistencia de Putin al funeral de Prigozhin, un estrecho aliado a quien conocía desde la turbulenta San Petersburgo de la década de los 90. «Ninguno de nosotros sabe cuánto tiempo llevarán las pruebas y acciones necesarias relacionadas con la investigación. Por lo tanto, ahora, cuando no hay fechas para el funeral y demás, es imposible hablar de ello en absoluto», trasladó el portavoz del Kremlin en declaraciones recogidas por la agencia estatal TASS.
Putin prometió el jueves una investigación «a fondo» del caso. Mientras, Peskov insistió en sala de prensa que las pesquisas para esclarecer la causa de la caída del avión continúan. Por el momento, las autoridades no han evocado la teoría del accidente ni la de una bomba o de un misil, ni la de un error de pilotaje. En Estados Unidos, Francia, Alemania y Ucrania, varios responsables airean sus sospechas de que el Kremlin está detrás de la muerte de Prigozhin. Cobra peso, en este sentido, la teoría de la existencia de un artefacto explosivo en el interior de la aeronave.
No sería la primera vez. Una extensa nómina de opositores a Putin o expartidarios caídos en desgracia fueron asesinados o sufrieron intentos de asesinato, aunque el Kremlin siempre negó su implicación en cualquiera de esos casos. Sin embargo, el máximo aliado del presidente ruso, su homólogo bielorruso Alexander Lukashenko, ha salido en su defensa: «No me puedo imaginar que lo haya hecho. Conozco a Putin. Es un hombre sensato, muy tranquilo».
Los mercenarios jurarán lealtad a Rusia
Putin, que parece decidido a evitar nuevos contratiempos con Wagner y otras fuerzas paramilitares que combaten en Ucrania, África y Oriente Próximo, ha firmado este viernes un decreto que obliga a sus miembros a prestar juramento, como hacen los soldados del Ejército regular. Los mercenarios estarán obligados a jurar «fidelidad» y «lealtad» a Rusia, «cumplir estrictamente las órdenes de los comandantes y superiores» y «respetar sagradamente la Constitución rusa».
Prigozhin renunció a su motín tras un acuerdo que establecía su exilio junto a sus hombres en Bielorrusia y la retirada de los cargos que pesaban en su contra. Después de su presunta muerte, se incrementaron las dudas sobre el futuro de la milicia y de sus miembros, que en sus escenarios de intervención son acusados de todo tipo de atropellos, incluyendo torturas y ejecuciones extrajudiciales.
El Kremlin dijo el viernes ignorar lo que pasará con la organización. «Sobre su futuro, no puedo decir nada ahora mismo, no lo sé», declaró Peskov. Pero Lukashenko parece tenerlo más claro. «Wagner vivió, vive y vivirá en Bielorrusia. El núcleo [de Wagner] permanece aquí (...) Dentro de algunos días, todo el mundo estará aquí, hasta 10.000 personas», dijo el autócrata en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias Belta.