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Represalías

Israel causa varios muertos y heridos al bombardear Yemen en respuesta al ataque de los rebeldes hutíes en Tel Aviv

La milicia proiraní promete una dura respuesta contra Israel: “Responderemos a la escalada con escalada”

La fuerza aérea israelí bombardeó este sábado la ciudad portuaria de Hodeida, en el oeste de Yemen, apenas un día después del ataque perpetrado por los rebeldes hutíes con un dron en Tel Aviv, una agresión inédita que, tras burlar los sistemas defensivos israelíes, se saldó con un muerto y diez heridos.

La insurgencia chiita, que controla amplias zonas del país árabe, incluida Saná, la capital, asegura que el ataque israelí ha dejado varios muertos y heridos, según confirmó el Ministerio de Sanidad hutí.

La agencia de noticias de los insurgentes, Saba, daba cuenta de una “agresión israelí contra varios depósitos de petróleo y una planta de electricidad” en la ciudad, poco después de que medios afines a los hutíes como Al Masira y Al Mayadín, avanzaran una serie de potentes explosiones en la ciudad.

El miembro del politburó hutí Mohamed al Bukhaiti aseguró poco después que Israel “pagará por atacar instalaciones civiles”. “Responderemos a la escalada con escalada”, prometió Bukhaiti en un mensaje publicado en las redes sociales.

Por su parte, un portavoz militar rebelde concretó horas más tarde que la respuesta incluirá “objetivos civiles e intereses del enemigo. Declaramos que Yafa [en alusión al área de Tel Aviv] no es ya zona segura”. “No nos detendremos”, aseguró el citado portavoz de la organización chiita apoyada por Irán.

Netanyahu reconoce el ataque

A diferencia de lo ocurrido en operaciones militares llevadas a cabo lejos de las fronteras israelíes, en esta ocasión el Gobierno ha reconocido la autoría del bombardeo sobre Hodeida. Era el primer ministro Benjamín Netanyahu el que en la tarde de ayer aseguraba que “no hay lugar al que no llegue el largo brazo del Estado de Israel”, reconociendo que la operación llevada a cabo por la aviación israelí es “respuesta directa al ataque en el que murió un ciudadano israelí y otros civiles resultaron heridos y a las agresiones de los hutíes contra Israel desde el inicio de la guerra”.

“El puerto que hemos atacado no es inocente. Se utilizaba para fines militares, como puerta de entrada de armamento mortífero entregado a los hutíes por Irán”, explicaba el jefe del Ejecutivo israelí en rueda de prensa ayer. “Utilizaban estas armas para atacar a Israel, a países de la región y una importante ruta marítima internacional. Esta acción deja claro a nuestros enemigos que no hay lugar al que no llegue el largo brazo del Estado de Israel”.

“Los hutíes nos han atacado más de 200 veces. La primera vez que han hecho daño a un ciudadano israelí les hemos atacado. Y vamos a hacerlo en cualquier lugar que sea necesario”, avisaba ayer, por su parte, el ministro israelí de Defensa Yoav Gallant.

Dos frentes

Con la guerra contra Hamás aún abierta en Gaza, Israel afronta de manera simultánea dos frentes bélicos más: uno en la frontera con el Líbano, desde donde repetidamente viene atacando Hizbulá desde octubre, y otro, que amenaza con seguir escalando en las próximas horas, en Yemen, base de una insurgencia chiita que ha protagonizado varias decenas de agresiones a buques occidentales en aguas del mar Rojo y el golfo de Adén en los últimos meses.

Ambos Hizbulá y los hutíes forman parte de la red de milicias proxy financiadas y entrenadas por Irán con el objetivo de ampliar su influencia política, social y económica a lo largo de Oriente Medio. Junto a la islamista y suní Hamás, las dos organizaciones chiitas protagonizan una de las mayores ofensivas bélicas coordinadas de las últimas décadas contra el Estado de Israel.

A pesar de los vínculos estrechos entre Teherán y la red de fuerzas interpuestas en el Líbano, Yemen, Irak y Siria -el dron que acabó estallando en la ciudad de Tel Aviv este viernes es, por ejemplo, un modelo Samad 3 de fabricación iraí—, el régimen de los mulás ha tratado de hacer énfasis en la autonomía operativa de las citadas organizaciones con vistas a marcar distancias y evitar una confrontación armada directa con Israel y sus aliados. Aunque la República Islámica evitó el pasado mes de abril una operación militar a gran escala en su territorio -tanto la agresión iraní del 13 de abril como la respuesta de Tel Aviv del día 19 fueron medidas—, la escalada en la frontera libanesa y en el frente yemení acercan como nunca antes una extensión regional del conflicto en las próximas fechas.

Los rebeldes hutíes, un movimiento apoyado por Irán que gobierna parte de Yemen, es también aliado del movimiento islamista palestino Hamás, en guerra con Israel en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre.