Oriente Medio
Irán advierte a la diplomacia occidental de que el ataque a Israel es inevitable
El régimen trata de exhibir músculo con maniobras militares en la provincia occidental de Kermanshah, cerca de la frontera con Irak
La cuenta atrás se agota. Con la diplomacia internacional empleándose a fondo para convencer a Teherán, las autoridades iraníes repitieron ayer que el ataque a Israel en venganza por el asesinato en su capital del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, es inevitable. A juicio del régimen, la demanda conjunta de las cancillerías de Reino Unido, Francia y Alemania a Teherán de que detenga la agresión constituye “una petición excesiva”, según información de la agencia AP. “Irán está determinado a defender su seguridad nacional”, aseveraba, por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores de la República Islámica Nasser Kanaani.
Con todo, a pesar de que la Inteligencia de Estados Unidos, que ha desplazado un submarino y varios barcos de guerra hasta Oriente Próximo en auxilio de Israel, aseguraba que la respuesta violenta del régimen iba a producirse a comienzos de semana, Teherán no acaba de encontrar la manera de llevar a cabo su anunciada venganza, como demuestra la emisión de mensajes hasta cierto punto contradictorios en las últimas horas.
Por una parte, en la mañana de ayer las autoridades iraníes lanzaban el mensaje de que las llamadas occidentales a que reconsidere su amenaza eran vanas. Medios y agencias oficiales iraníes citaban las palabras del presidente Masud Pezeshkian tras conversación telefónica con el primer ministro del Reino Unido Keir Starmer. El nuevo mandatario iraní aseveraba que la respuesta a Israel es “una forma de detener el crimen” y el “derecho legal” de Irán.
Sin embargo, horas más tarde, el régimen de los mulás dejaba la puerta abierta a reconsiderar una agresión que los expertos y las cancillerías de todo el mundo creen que podría desencadenar una guerra abierta a escala regional. Según hasta tres fuentes iraníes recogidas por la prensa israelí, un acuerdo para el alto el fuego en Gaza entre Tel Aviv y Hamás podría hacer a las autoridades iraníes reconsiderar un ataque contra Israel por el asesinato de Haniyeh -una acción atribuida a Israel, que ni ha confirmado ni desmentido— en Teherán.
Mientras la élite del régimen calibra el cómo y el cuándo vengar la muerte del líder islamista, el régimen trata de exhibir músculo llevando a cabo maniobras militares en la provincia occidental de Kermanshah, cerca de la frontera con Irak. Teherán asegura que los ejercicios tienen como objetivo mejorar “la capacidad de combate y vigilancia” de la Guardia Revolucionaria.
Mientras tanto, está previsto que las conversaciones para la liberación de los rehenes y el alto el fuego en Gaza se reanuden mañana con la ausencia anunciada de Hamás. Desde la Casa Blanca se aseguraba ayer que Qatar seguía trabajando al cierre de esta edición para que la organización islamista palestina esté presente en la nueva ronda multipartita de diálogo. Con las negociaciones para el cese el fuego en el aire, Hamás volvió a atacar con dos cohetes el área metropolitana de Tel Aviv. En la víspera, el lunes, desde el brazo armado de Hamás, las brigadas Al Qassam, se informaba de que un rehén israelí ha muerto y dos rehenes más han resultado heridas en dos incidentes separados que ha atribuido a acciones de sus propios guardias.
Entretanto, Jerusalén vuelve a ser uno de los centros de la tensión regional. Cientos de judíos irrumpieron ayer en la Explanada de las Mezquitas para conmemorar la destrucción de los históricos templos -Ticha Beav— situados en esa parte de la Ciudad Vieja jerosolimitana. Parte de estos judíos han rezado en la zona pese a la prohibición expresa que existe al respecto. Uno de ellos fue el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, quien llegó a dirigir una oración. La presencia de Ben Gvir mereció las críticas de Naciones Unidas y la Unión Europea, que hablaron de “provocación inútil”. Por otra parte, la Policía israelí detenía en las últimas horas a siete jóvenes sospechosos de haber atacado a dos palestinos en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Un día más, Hizbulá -que amenaza con unirse a Irán en su agresión a Israel en venganza por el asesinato en Beirut de su número dos, Fuad Shukr— volvió a atacar el norte de Israel. Fuentes del Ejército israelí recogidas por el diario Haaretz aseguraban en la tarde de ayer la muerte de dos milicianos de Hizbulá en el sur del Líbano como resultado de un bombardeo de la Fuerza Aérea de Tel Aviv. No fue el único ataque de la rama militar de la organización chiita. Medios regionales reportaron otro ataque en la localidad de Chihine. Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, avisó ayer a los de Hasan Nasrallah de que obligarán a las milicias de Hizbulá a retirarse hasta la orilla norte del río Litani.
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