Bruselas

Guerra fría entre Mattarella y el nuevo Gobierno italiano

Conte se reúne con el jefe del Estado, pero no le presenta su Gabinete. La prima de riesgo se dispara.

Luigi Di Maio y Matteo Salvini (izquierda) hablan con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para formar su primer gobierno de coalición
Luigi Di Maio y Matteo Salvini (izquierda) hablan con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para formar su primer gobierno de coaliciónlarazon

Conte se reúne con el jefe del Estado, pero no le presenta su Gabinete. La prima de riesgo se dispara.

La primera cita que mantuvieron el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y el elegido para convertirse en el próximo primer ministro, Giuseppe Conte, se alargó más de lo habitual. El motivo lo merecía: tras 80 días de parálisis, este jurista sin ninguna experiencia política recibía por fin el encargo para formar Gobierno. «Le ruego que tenga en cuenta la estabilidad financiera de Italia, nos veremos muchas veces», le dijo Mattarella a Conte, según los cronistas que indagan en las intrigas palaciegas. El jefe del Estado teme que la alternancia de mensajes tranquilizadores con otros incendiarios que el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga dirigen a Bruselas terminen con un paso en falso, por lo que la formación del Ejecutivo sigue congelada. Conte reafirmó su compromiso con Europa. Pero el principal obstáculo en estos momentos se llama Paolo Savona, el hombre elegido por la Liga para ocupar el ministerio de Economía. Político de reconocida experiencia (81 años), considera el euro como una «jaula impuesta por Alemania» y ha manifestado que Italia debería estar preparada para abandonarlo. Con la intención de dejar su impronta en asuntos sensibles, el líder de la Liga, Matteo Salvini, sostiene que Savona es su candidato e incluso ha amenazado con que si cae su nombre podría venirse abajo el acuerdo de Gobierno.

A Mattarella, sin embargo, no le parece que ésta sea la mejor carta de presentación ante una Europa que espera atenta a los acontecimientos. El presidente le habría pedido a los partidos que presentaran otros nombres, aunque estos no parecen dispuestos. También se mantienen los desencuentros en otras carteras, por lo que ayer Conte mantuvo una reunión informal con el jefe del Estado, pero no le presentó el equipo de Gobierno como se había previsto en un principio. Los mercados respondieron con temor. La prima de riesgo se disparó superando los 200 puntos por primera vez en 2018.

«Es algo que siempre ha ocurrido, el presidente de la República puede intervenir en la elección de los ministros, sobre todo cuando se trata de asuntos soberanos», asegura Piero Ignazi, profesor de Política Comparada de la Universidad de Bolonia. El experto recuerda además que está entre las prerrogativas constitucionales del jefe del Estado, aunque se trata de un asunto formal, que deja gran espacio a la interpretación. Lo habitual es que el primer ministro elija a sus ministros y los lleve ante el presidente, que debe dar su aprobación. Sin embargo, en este caso tras el pacto entre el M5E y la Liga son ellos los que se estén repartiendo el pastel, por mucho que Conte participe formalmente en las conversaciones.

El propio Savona opinó ayer que se han impuesto «vetos» contra su figura. Un mensaje que estos días repiten machaconamente la Liga y el M5E, ante las dudas que han despertado su alianza. Desde el palacio del Quirinal respondieron el jueves con una nota enviada a los medios italianos en la que afirmaban que no se pretenden imponer «presuntos vetos», pero consideraban «inadmisibles los dictados en la relación entre el presidente del Consejo y el presidente de la República».

No se trata del primer desencuentro entre Mattarella y los responsables de los partidos. Cuando parecía que no habría solución política al bloqueo, el presidente compareció circunspecto para pedir que al menos apoyaran un «Gobierno neutral», designado por él mismo, que condujera al país a elecciones a final de año. El líder del M5E, Luigi Di Maio, se negó en rotundo e incluso impuso una fecha –principios de julio- para volver a las urnas. Salvini también se negó a la elección de un técnico y finalmente terminó pactando con Di Maio.

El resultado fue la elección de otro técnico, pero acordado por ambos partidos. Una solución que tampoco terminó de convencer a Mattarella, que desde el primer día se mostró dispuesto a favorecer un acuerdo político sólido que impidiera volver a las urnas en un plazo breve. Las dudas por el papel de mediador que representaba Conte se dispararon cuando comenzó el escándalo de su currículum, pero finalmente el presidente llamó a los líderes de ambas formaciones y les pidió que le confirmaran que era su última palabra. Estos asintieron y desde el Quirinal se respetó la decisión de quienes tienen mayoría parlamentaria.

Liga y M5E se han saltado todos los plazos impuestos. Ayer de nuevo Mattarella había despejado su agenda para recibir la lista de los ministros y lo único que consiguió fue una visita fugaz de Conte para no parecer descortés. Otros presidentes como su predecesor, Giorgio Napolitano, han sido más intervencionistas. «Mattarella simplemente está haciendo de guía, ya que se encuentra ante dos fuerzas políticas –sobre todo el M5E– inexpertas», concluye Piero Ignazi.