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Oriente Próximo

GPS en tiempos de guerra: perdidos en la carretera y en el amor

Los cortes por seguridad en el sistema de navegación trastocan la vida diaria en Israel y afectan a las apps de citas

Protestas ante la Knesset en Jerusalén ABIR SULTANEFE

Quien viaja al norte de Israel se sorprende cuando, llegado a un punto del trayecto, el GPS le indica que está en El Cairo, cuando en realidad está en Tiberias, o que la dirección a la que pensaba llegar en la Galilea, por ejemplo, y cuyo localizador tenía presente, de pronto se ha convertido en el aeropuerto de Beirut en la pantalla de su móvil. Sin embargo, quienes viven en el norte del país sufren este descontrol desde hace seis meses.

«Con la destrucción y la muerte de esta guerra, no llegar a los sitios que no conoces y que no te llegue la pizza que has pedido es poca cosa», dice Ahmad, habitante de la ciudad norteña de Haifa. «Pero interrumpe la vida, eso seguro», añade. Ahmad cuenta que le han puesto varias multas porque no funcionaba la aplicación para pagar el parquímetro (algunas se las han devuelto ya, pero nadie le quita la burocracia por la que tiene que pasar hasta lograrlo).

Odelia Maltz, también haifaita, no ha sabido en qué parada de autobús bajarse o qué línea tomar, una vez en el vehículo no le ha funcionado la aplicación para pagar el billete y desde hace meses procura conseguir el contacto personal de los mensajeros para darles instrucciones de llegada. En Haifa no hay GPS desde octubre porque el Ejército israelí empezó a interferir en las señales. «Y nosotros nos hemos dado cuenta de cuánto dependemos de las tecnologías de navegación, incluso los que no conducimos», comparte Odelia.

El GPS se usa también para guiar drones suicidas, vehículos aéreos no tripulados y misiles de crucero. Los hutíes y las milicias sirias e iraquíes los utilizan profusamente contra Israel, por lo que desde el comienzo de la guerra en curso, el Ejército israelí aplica bloqueadores del Sistema de Posicionamiento en el norte. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado en alguna ocasión que interrumpen los sistemas de navegación por satélite «de manera proactiva para diversas necesidades operativas».

La Marina de Estados Unidos también ha utilizado métodos de perturbación alrededor de sus portaaviones en el Mediterráneo oriental, según informó Haaretz, llegando a interrumpir la señal no sólo en el norte de Israel y el sur del Líbano, sino también alrededor del mar Negro, el Cáucaso Norte, el mar Báltico y Cachemira.

Pero estos no son los únicos contratiempos. El periódico libanés L’Orient-Le Jour informó que en febrero, entre el 60 y el 62% de los perfiles que aparecieron en la aplicación de citas Tinder en Líbano eran de ciudadanos israelíes. Y algunos soldados israelíes en la reserva que sirven en las cercanías de la frontera del país del cedro han contado que experimentan el mismo fenómeno.

«Muchos de mis matches son chicas libanesas, algunas parecen muy interesantes, pero para que algo pase entre nosotros tendrían que cambiar mucho las cosas», compartió un soldado que prefiere mantener el anonimato. Una joven de Kiriat Shomoná, Anat, dijo estar harta de ver perfiles de libaneses y que a su frustración por estar soltera se añadían «todos estos tíos que no tendrían que aparecer en mi pantalla».

Omar, un libanés que utiliza Tinder, dijo al diario The National de Emiratos Árabes Unidos que si bien antes de la guerra los perfiles de israelíes aparecían de vez en cuando, había notado un claro aumento desde octubre. «Sigo viéndolos y son absolutamente hermosas, pero no puedo hacer nada porque estamos divididos por un muro de apartheid», añadió. Líbano e Israel están todavía técnicamente en guerra y los ciudadanos libaneses tienen prohibido cualquier tipo de contacto con ciudadanos israelíes.