Reino Unido
Starmer se estrena en sus primeros presupuestos con una subida de impuestos a empresas y rentas altas británicas
El Gobierno laborista espera recaudar 48.000 millones de euros para invertir en educación y sanidad
Cuando Tony Blair ganó las elecciones de 1997, poniendo fin a casi dos décadas de gobierno conservador, marcó sus prioridades como “educación, educación, educación”. Ahora, el premier Keir Starmer, el nuevo laborista que ha enterrado otra era tory, recalca las suyas como “invertir, invertir, invertir”.
La titular del Tesoro, Rachel Reeves, repitió hasta tres veces el término este miércoles durante su esperada intervención en la Cámara de los Comunes donde anunció un aumento de impuestos de 40 mil millones de libras (casi 50.000 millones de euros) para empresas y rentas más altas con unos Presupuestos Generales que buscan una “renovación nacional” y revertir el declive de los servicios públicos. “La única manera de impulsar el crecimiento económico es invertir, invertir, invertir”, recalcó.
La cita era una ocasión histórica. Y ya no sólo por el hecho de que se trataba del primer presupuesto con sello laborista en catorce años, sino porque por primera vez en cuatro siglos era una mujer quien lo presentaba en Westminster como responsable del Tesoro.
Pese a que los laboristas consiguieron una aplastante mayoría absoluta el pasado mes de julio comprometiéndose a que no aumentarían los impuestos a los trabajadores, descartando explícitamente un aumento del IVA, la Seguridad Social o el impuesto sobre la renta, cuando se mudaron a Downing Street cambiaron el tono culpando a los conservadores de haber dejado un “agujero negro” de 22.000 millones de libras (alrededor de 26 mil millones de euros).
El propio Starmer venía repitiendo hasta la saciedad que había que aceptar “la dura realidad fiscal” e “ignorar el coro populista de respuestas fáciles”, por lo que la subida de impuestos anunciada ayer era más que esperada. En el centro del paquete está un aumento de las contribuciones para la seguridad social pagadas por los empleadores por valor de 25.000 millones de libras para el final de este mandato, junto con miles de millones de libras en aumentos derivados de los cambios en el impuesto sobre las ganancias de capital, el impuesto sobre sucesiones, el IVA para escuelas privadas y el régimen fiscal para no residentes.
La larga intervención de la ministra del Tesoro apenas trajo sorpresas, salvo la de abstenerse de aumentar 7 peniques por litro el impuesto sobre el combustible y de extender una congelación de miles de millones de libras en los umbrales impositivos sobre la renta, asegurando que mantendría su promesa de no aumentar la carga impositiva a los trabajadores. “Comenzar una década de renovación nacional. Fijar las bases y generar cambios, a través de un liderazgo responsable en beneficio del interés nacional. Esa es nuestra tarea, y sé que podemos lograrlo”, dijo.
Las empresas comenzarán a realizar contribuciones a la seguridad social una vez que el trabajador gane 5.000 libras, en lugar del umbral actual de 9.100 libras. Asimismo, la tasa que paga el empleador se incrementará en 1,2 puntos porcentuales hasta el 15%.
Las medidas no sólo fueron criticadas por la oposición conservadora. “Es una estrategia cínica”, señaló el dirigente tory Rishi Sunak. Los líderes empresariales también acusaron al Gobierno de jugar con su definición de “proteger a los trabajadores”, advirtiendo que golpear a los empleadores con fuertes aumentos de impuestos en última instancia afectaría a los empleados en forma de pérdidas de puestos de trabajo y salarios más bajos.
En cualquier caso, la ministra del Tesoro espera que su decisión de liberar hasta 100.000 millones de libras de inversión a lo largo de esta legislatura ayude a equilibrar los titulares. Entre otros, se destinarán 22.600 millones de libras para el Sistema Nacional de Salud Pública (NHS) durante los próximos dos años, 6.700 millones de libras para escuelas, 2.900 millones de libras para defensa.
Para permitir estos préstamos adicionales – dentro de su plan de “inversión, inversión, inversión”- la ministra ha relajado las normas fiscales que se aplican las sucesivas Administraciones para dar confianza a los mercados, revisando la definición de deuda. Según Reeves, esto “creará espacio para una mayor inversión en el tejido de nuestra economía”.
En definitiva: grandes impuestos, grandes préstamos y grandes gastos. La estrategia no está exenta de riesgos y habrá que ver ahora cómo reaccionan los mercados, ya que si el costo del endeudamiento del gobierno aumenta, la preocupación es que se traduzca en subida de las tasas hipotecarias.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés), que supervisa las finanzas públicas y ayer proporcionó todas las previsiones económicas para la legislatura, apuntó que el presupuesto laborista supone un aumento del gasto de 70.000 millones de libras (84.000 millones de euros) anuales. De esta cifra, dos tercios son para el gasto corriente y un tercio en inversiones de capital, según la OBR, que apuntó que la mitad se financiará con la recaudación fiscal, la cual equivaldrá a un 38 % del PIB para 2029-30.
“Las decisiones que tomé hoy son las correctas para restablecer la estabilidad de nuestras finanzas públicas, proteger a los trabajadores, arreglar nuestro sistema nacional de salud y reconstruir el Reino Unido”, declaró la ministra en el Parlamento. “Esto no significa que sean decisiones fáciles, pero sí responsables”, agregó.
El ex premier Rishi Sunak, que será sustituido este sábado cuando se anuncie al nuevo líder conservador, acusó al Gobierno de manipular las cifras del déficit supuestamente heredado y resaltó que en realidad recibió una economía saneada, con una inflación interanual del 1,7 % (por debajo del objetivo del Banco de Inglaterra del 2 %) y bajo desempleo (4 %).