Aviación

Un general de EEUU explica por qué el caza furtivo chino J-20 no es un rival del F-35 ni del F-22

El jefe de las Fuerzas Aéreas del Pacífico asegura que la interoperabilidad con aviones de países aliados y el entrenamiento de los pilotos estadounidenses ofrecen una ventaja superior sobre la fuerza aérea china

Un caza J-20 chino de quinta generación
Un caza J-20 chino de quinta generaciónLa RazónLa Razón

China solo tiene un avión furtivo de quinta generación, el J-20, equipado desde 2019 con motores WS-10C de fabricación china que les permite volar a velocidades supersónicas durante períodos prolongados de tiempo sin utilizar dispositivos de poscombustión. El Ejército Popular de Liberación de China tiene, al menos, unas 200 unidades de su avión de combate más moderno, según diversas fuentes, y algunos consideran que supone una amenaza clara en un hipotético enfrentamiento armado en el Indo-Pacífico con Estados Unidos o cualquier potencia aliada.

En el Pentágono, sin embargo, la supuesta rivalidad del J-20 con los cazas furtivos F-22 Raptor y F-35 no sería tal porque se considera que la aeronave china es menor. Así lo ha sugerido el general Kenneth Wilsbach, jefe de las Fuerzas Aéreas del Pacífico, en un simposio anual en Washingtong DC, en declaraciones recogidas por The War Zone, en las que asegura que el J-20 no constituye un "avión dominante en este momento". "No creo que sea un avión dominante en este momento, en comparación con lo que tenemos", dijo en referencia a los citados F-22 Raptors y F-35 Lightning. "Han hecho algunas buenas copias. Prácticamente la mayor parte de la tecnología de ese avión fue robada de Estados Unidos".

El J-20, cuyo coste se estima en unos 120 millones de dólares, superior al precio del F-35 actual, presenta similitudes con los F-35 y al F-22 en elementos como el fuselaje delantero, las entradas de aire, la tobera de escape y la entrada del motor. Se ha escrito muchas veces que China recurrió a labores de ciberespionaje para hacerse con los diseños de Lockheed Martin para el desarrollo del F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

El Chengdu J-20 de quinta generación entró en servicio con la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) en 2018 después de su primera introducción en 2016. Los expertos consideran que este caza furtivo alcanza una velocidad máxima de Mach 2 con posibilidad de recorrer hasta 2.000 kilómetros con un techo de 66.000 pies. Además de los nuevos motores, el J-20 ha incorporado recientemente un sistema de sensor que tiene un diseño similar al sistema de orientación electro-óptico de Lockheed Martin usado en los F-35 Lightning II. Este elemento mejora la conciencia situacional del piloto y permite que las municiones guiadas por láser sean efectivas, ya que aumentan sus capacidades para atacar objetivos terrestres e interceptar a otros cazas.

Sin embargo, el general Wilsbach cree que la potencia combinada de los aviones de EEUU con los que poseen sus aliados pueden contrarrestar a los J-20. No solo son las capacidad técnicas de los aviones estadounidenses sino también el entrenamiento que reciben los pilotos y la interoperabilidad con los aliados y socios de EEUU. Sobre las capacidades de los pilotos chinos, dijo que "no pensaría que ninguno de ellos tiene destrezas como tiene un piloto de combate estadounidense". Considerando todas estas variables, "los chinos todavía están en una desventaja bastante grande por la forma en que entrenamos, especialmente con nuestros aliados y socios coreanos".

El F-35 y el J-20 se habrían visto las caras en misiones sobre el Mar de China Oriental en un "encuentro" -confirmado en marzo de 2022- por el mismo general Wilsbach, quien en su día emitió un veredicto sobre el avión chino: "Estamos relativamente impresionados con el comando y control asociado con el J-20”.

Interceptaciones peligrosas

Wilsbach reveló durante el simposio las numerosas interceptaciones de aviones estadounidenses que los pilotos chinos realizan a diario en el espacio aéreo internacional del Pacífico. A su juicio, estas maniobras de acercamiento corren el riesgo de provocar un “desastre”. "Volamos mucho cerca de China", dijo el comandante de las Fuerzas Aéreas del Pacífico en declaraciones recogidas por la revista Air&Space Forces. "No es raro que aviones militares estadounidenses sean interceptados 10 veces al día".

Pekín, en cambio, no consideran que las operaciones de sus pilotos sean arriesgadas. "Cuando les denunciamos estas interceptaciones poco profesionales e inseguras, no están dispuestos a tener una discusión", dijo Wilsbach. “No tenemos ese tipo de conversación. Nos culpan a nosotros”.